El hachís irrumpe en el Congreso

'Deben saber que esa intervención que sus señorías han alabado tanto por minuciosa y bien elaborada la preparé bajo los efectos del cannabis'. Así se despidió ayer de los diputados y senadores de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas Martín Barriuso, portavoz de la Plataforma para la normalización del uso del cannabis.

El debate sobre las ventajas terapéuticas de la marihuana, la conveniencia de despenalizar su tenencia, y su supuesta cualidad de droga más blanda que el alcohol o el tabaco llegó ayer al Congreso a iniciativa de Convergència i Unió. La diputada Zoila Riera, de CiU -que puntualizó que ella defendía el uso terapéutico del cannabis pero no 'su uso recreativo'- promovió la comparecencia del catedrático de farmacología de la Universidad de Barcelona Joan Ramon Laporte, y de dos portavoces de asociaciones que defienden el consumo y tenencia libre de esta droga.

Laporte expuso las ventajas del consumo de hachís para las mujeres enfermas de cáncer de mama y sometidas a quimioterapia. El cannabis, explicó, mejora su calidad de vida porque reduce los vómitos que causa la terapia. Relató que son pacientes 'universitarias' las que acuden a solicitar información sobre cómo adquirir esta droga. Que la respuesta es que deben plantarla, aunque sea en maceta, y consumir lo que vayan recolectando porque la ilegalidad de esta droga hace que sea inseguro 'e incluso peligroso' consumir lo que venden los camellos. El problema, añadió, es que a una mujer a la que se le diagnostica hoy un cáncer de mama no tendrá tiempo para plantar y ver crecer su 'vegetal' antes de que, en unos cinco meses, empiece a padecer los efectos de la quimioterapia. Aquí les sugiere que acudan a algún amigo o familiar que plante en su terraza, y de forma ilegal, el cannabis. Es una ilegalidad, dijeron ayer los tres comparecientes, por la que hay 'más de 50.000 sancionados al año'. Laporte enumeró estudios internacionales que equiparan la marihuana 'como droga blanda' al café, y dejan en el capítulo de drogas duras al tabaco, el café y, por supuesto, la heroína y la cocaína. La ilegalidad, según Martin Barriuso y Jaime Prats, defensores de la legalización de la marihuana como droga menos dañina que el alcohol, sólo causa 'incremento de precios y adulteración'. Barriuso dijo, por ejemplo, que el Gobierno vasco ha detectado en las fiestas la venta de hachís adulterado con aceite usado de motor. 'Una planta inocua pasa así a ser un consumo muy peligroso', dijo. Los tres dijeron que en España hay 400.000 consumidores diarios de marihuana y que no se les puede castigar a todos con la ilegalidad.