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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La Europa de Jospin

Lionel Jospin nunca ha sido un gran euroentusiasta, y las elecciones de 2002 le tienen maniatado, pues no quiere dejar al presidente gaullista y probable futuro contrincante, Jacques Chirac, el monopolio de las tesis soberanistas en Francia. Pero al fin, tras cuatro años al frente del Gobierno, Jospin ha hablado de Europa, a favor de darle un sentido político a esta construcción. Frente a la Europa federal, proyección barata del propio modelo alemán que propone Schröder, el primer ministro socialista francés ha optado por definirse por el concepto de 'federación de Estados-nación', expresión que también Chirac hizo suya y que lanzó Jacques Delors hace años, para expresar la tensión subyacente a esta construcción entre la integración y la preservación del Estado.

En lo que ayer explicó Jospin, más importante resulta el contenido que el nombre del continente. Nada a favor de renacionalizar políticas y sí de una mayor solidaridad europea, se volcó sobre la idea de un 'Gobierno económico' de la zona euro basado no sólo en una mayor coordinación de las políticas de los Estados, sino incluso en un Tratado Social Europeo, en servicios públicos 'fuertes y eficaces' y en un 'fondo de acción coyuntural' al que pudieran acceder los países en caso de turbulencias financieras. También propuso luchar en común contra la criminalidad y crear un ministerio fiscal europeo. Y, en línea muy francesa, sugirió mecanismos comunes de apoyo a la creación cinematográfica, audiovisual e informática en Europa.

Jospin propugnó una Constitución europea para avanzar, y no simplemente para recoger lo que ya hay. En el terreno institucional defendió el Consejo Europeo, el de los Estados, con la potestad de poder disolver la Eurocámara, como contrapartida a que de la lista más votada al Parlamento Europeo salga el presidente de una Comisión reforzada con 'un programa de legislatura'. En todo caso, la visión de Jospin para una Unión Europea que puede doblar en número de miembros a los actuales 15 es bien diferente de la alemana, lo que pone de relieve una preocupante distancia entre Berlín y París, pese a que, hace casi un año, Chirac hablara de la necesidad de constituir un 'grupo pionero' en esta Unión. La Europa de Jospin, aunque sitúe en su centro la solidaridad económica y aporte elementos novedosos, resulta insuficiente. Sin embargo, con vistas a 2004, alimenta un debate que es hora de que prenda también en España, hasta ahora ausente del mismo.

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