Las FARC se atribuyen las bombas en Bogotá, según 'El Tiempo'

Un comando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo guerrillero del país, se atribuyó en un comunicado el atentado del pasado viernes en Bogotá, en el que murieron cuatro personas y una treintena resultaron heridas, según desvelaba ayer el diario El Tiempo. Las autoridades colombianas comprobaban ayer la autenticidad del texto, enviado por fax, puesto que el atentado también podría haber sido obra de disidentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN). El Gobierno atribuyó en un principio a los paramilitares de ultraderecha la colocación de las dos bombas que explotaron en la capital.

El comunicado, firmado por el frente urbano Antonio Nariño, hace referencia, según El Tiempo, a las protestas que han protagonizado en las últimas semanas los profesores de la enseñanza pública y los empleados de Sanidad, quienes denuncian que el Gobierno pretende restringir los fondos destinados a estos sectores. El comunicado de las FARC señala: 'El movimiento miliciano en Bogotá se solidariza con los trabajadores de la educación y la salud y participa activamente en las justas demandas sociales mediante las acciones militares desarrolladas en el día de hoy [viernes] contra la oligarquía y el Gobierno corrupto'.

La explosión del pasado viernes ha provocado una psicosis de atentados en Bogotá. Desde ese día la policía municipal ha recibido unas 200 llamadas telefónicas de ciudadanos que sospechaban de la presencia de coches-bomba. Además, agentes de policía y soldados se han repartido por todas las carreteras del país, donde realizan controles sistemáticos de los vehículos. Ayer mismo, los dos diarios de la capital colombiana, El Tiempo y El Espectador, publicaban un manual de prevención de posibles atentados editado por el Departamento de Seguridad.

La explosión del viernes ha hecho que los siete millones de habitantes de Bogotá revivan la ola de terror que fomentó en los noventa el jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, quien con una serie de atentados con coche-bomba que provocaron centenares de víctimas pretendía obligar a las autoridades a suspender la extradición de miembros de su cartel a EE UU.