Guipúzcoa y Vizcaya buscan en el PSE un socio que garantice la gobernabilidad

Hasta la fecha, sólo las grandes instituciones gobernadas por los partidos constitucionalistas -la Diputación alavesa y los ayuntamientos de Vitoria y San Sebastián- cuentan con presupuesto renovado para este año, pero el nuevo panorama político abierto tras las elecciones autonómicas despejan el camino para el entendimiento entre nacionalistas y, preferentemente, el Partido Socialista de Euskadi. Son muy esclarecedoras las últimas declaraciones de Nicolás Redondo, en las que asegura que tenderá 'puentes' con el PNV y EA.

Los socialistas tienen en estos momentos la llave de la gobernabilidad en los diputaciones guipuzcoana y vizcaína, gobernadas en minoría por la coalición PNV-EA y con los presupuestos prorrogados de 2000. Aunque socialistas y peneuvistas, tradicionales socios de gobierno en las anteriores legislaturas, son cautos y prefieren no hablar aún de posibles pactos presupuestarios para el próximo año o acuerdos puntuales para lograr un gobierno sólido, existe coincidencia en que se abre 'un periodo nuevo'.

En Vizcaya, el PNV y EA (con 21 apoderados sobre 51 escaños en las Juntas de Gernika) no han realizado ningún tipo de acercamiento al PSE, cuyos diez junteros garantizarían una mayoría estable. 'Vamos a esperar el análisis de los resultados electorales que realice el PSE', aseguran en el equipo de gobierno nacionalista.

Los dirigentes forales de Vizcaya descartan ahora lanzar un llamamiento al acuerdo con socialistas y populares, como ha realizado el diputado general guipuzcoano, el peneuvista Román Sudupe, que ofreció un pacto de legislatura o un acuerdo presupuestario a sus adversarios. 'Esperaremos', señalan, aunque en Vizcaya la opción probable es entablar acuerdos puntuales o globales con el PSE, debido a la escasa sintonía del equipo de Josu Bergara con los junteros del PP.

Nuevo periodo

En la Diputación vizcaína auguran un 'clima de distensión' política por influencia de la situación en Euskadi en la institución foral. En los tímidos contactos mantenidos el año pasado con el PNV para buscar un acuerdo presupuestario, los socialistas anticiparon que 'la situación vasca' impedía 'llevar a cabo un debate' sobre las cuentas forales. El rechazo frontal de toda la oposición obligó a Bergara a retirar los presupuestos en febrero antes de presentarlo ante el pleno de las Juntas Generales. Ahora, el equipo de gobierno sostiene que el panorama político 'está mucho más abierto' y puede propiciar un entendimiento en materia presupuestaria. Los nacionalistas, tanto en Vizcaya como en Guipúzcoa, no quieren dejar escapar esta oportunidad por dos motivos: la necesidad de aprovechar el ciclo expansivo de la economía en ambas provincias y los problemas que acarrearía otra prórroga.

En el PSE de Vizcaya se habla de 'periodo nuevo' y no descartan 'hacer política sin los impedimentos de la situación anterior a las elecciones', aseguran en la ejecutiva provincial, que esta semana celebró un debate en profundidad sobre el inminente futuro. Los socialistas hablan ahora de una actitud 'responsable' en las Juntas para que la institución foral 'funcione'. 'Cuando no hay mayoría absoluta, debe haber acuerdos porque eso es lo que nos han dicho los ciudadanos en las urnas', concluyen.

Los socialistas guipuzcoanos no han decidido su estrategia, aunque en las reuniones celebradas con Sudupe ya le han comunicado que 'no vamos a hacer una oposición frontal porque sí'. Aunque creen 'prematuro' aceptar el pacto de legislatura ofrecido por el PNV-EA, los junteros del PSE van a apoyar una batería de inversiones propuestas por el gobierno foral, lo que puede constituir el anticipo de futuros acuerdos de colaboración entre ambas formaciones, como ha sucedido en las pasadas legislaturas.