Greenpeace nombra a Juantxo López de Uralde director ejecutivo

Greenpeace España nombró el pasado fin de semana a Juantxo López de Uralde, de 37 años, director ejecutivo, en sustitución de Xavier Pastor, fundador de la organización ecologista y director hasta el pasado mes de febrero en que, tras 15 años, presentó su renuncia. Con este nombramiento la ONG confía en dar carpetazo a la crisis surgida el verano pasado, tras la expulsión de cinco socios por hacer manifestaciones en nombre de la organización, vulnerando así sus estatutos. La expulsión intentaba poner fin a una crisis larvada desde comienzos de año, cuando se frustró la propuesta de nombrar a José María Mendiluce director de Greenpeace Internacional. Además se registraron tensiones por el traslado forzoso a Barcelona y Palma de Mallorca de dos directores de campaña. De los 37 empleados en la sede de Madrid, 27 redactaron una carta de apoyo a los desterrados, con críticas por los últimos pasos dados por Pastor, como la compra de un edificio en Mallorca por más de 200 millones de pesetas.

Entre quienes apoyan la trayectoria de Pastor, el nombramiento de Juantxo supone cerrar en falso la crisis de la ONG, ya que no le consideran neutral. Le atribuyen haber urdido en la sombra la operación de desgaste de su antecesor. Un grupo de socios, encabezado por Manuel Rivas, Maria del Mar Bonet, Miguel Ríos y Ángeles Caso, han recabado firmas para censurar a la junta directiva que preside Dolores Romano.

'En todas las crisis quedan flecos. Pero mi intención es cerrarlos todos y tirar para adelante con las campañas', afirma el nuevo director. López de Uralde admite que cualquier socio tiene derecho a canalizar sus críticas a través de los procesos internos. No cree que con su nombramiento se cierre en falso la crisis interna y niega rotundamente su participación en las maniobras para relevar a Pastor. No perderá un minuto en estos asuntos.

López de Uralde prefiere hablar de futuro, de la crisis mundial provocada por la negativa de EE UU a firmar el Protocolo de Kioto. Además del cambio climático, identifica la extinción de especies y la contaminación por tóxicos como los grandes retos de Greenpeace, organización a la que se afilió en 1987.

En España se centrará en luchar contra el Plan Hidrológico Nacional, porque cree que los trasvases no son la solución al problema del agua.