Rato advierte de que la reforma de los convenios debe concluir este año
Si no hay acuerdo, se incluirá en la Ley de Acompañamiento de 2002
El Gobierno está decidido a aprobar este año una reforma a fondo de la negociación colectiva y del seguro de desempleo, haya o no consenso con los sindicatos y la patronal. Tras la reforma laboral (impuesta por decreto) y la de las pensiones (acuerdo con patronal y CCOO, pero no con UGT), el Ejecutivo considera imprescindible abordar estos dos temas, y utilizará para ello a más tardar la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 2002, según declaró ayer el vicepresidente y ministro de Economía, Rodrigo Rato.
Los costes laborales españoles están creciendo por encima de la media europea, lo que castiga la competitividad de las empresas en el extranjero y dificulta el control de la inflación, por lo que resulta urgente una reforma de la negociación colectiva que otorgue "flexibilidad", aseguró Rato. "Los interlocutores sociales ya saben que el Gobierno quiere introducir modificaciones", explicó el ministro, "y nuestra intención es hacerlo con el mayor intercambio de opiniones posible". De no lograrse el consenso, sin embargo, el Ejecutivo modificará unilateralmente la negociación colectiva a más tardar con la Ley de Acompañamiento a final de año, "o ley similar", dijo Rato.
El vicepresidente no detalló el proyecto del Gobierno, pero aseguró que la nueva ley dotará a la negociación colectiva de "más flexibilidad y la hará más simple", además de introducir o regular temas como la participación de los trabajadores en los incrementos de valor de las empresas, los fondos de pensiones, o el salario diferido.
El Gobierno concede mucha importancia a esta reforma, según se desprende de dos referencias al mismo que se han producido en los últimos días. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su World Economic Outlook (perspectivas económicas mundiales), presentado la semana pasada en Washington, introdujo por primera vez en el apartado español una alusión a la negociación colectiva, cuya reforma, aseguró, es uno de los temas económicos más urgentes en España. El FMI elabora su informe sobre cada país tras intensas consultas con los gobiernos respectivos. Y segundo, el propio vicepresidente se refirió también a la "flexibilización" de la reforma colectiva en el discurso que pronunció en el Massachussets Institute of Technology (MIT), en Boston.
Seguro de desempleo
El cuarto elemento del plan de reforma económica en España (tras el mercado laboral, las pensiones y la negociación colectiva) consiste en modificar el seguro de desempleo, un apartado al que en la actualidad se destinan 1,2 billones de pesetas, "una cifra equivalente a la que se lleva el Ministerio de Educación", precisó. Al igual que con la negociación colectiva, el Gobierno buscará un diálogo con los interlocutores sociales, pero aprobará su reforma haya o no consenso.
Rato matizó que, con esta reforma, no se busca "necesariamente" reducir las prestaciones. "No se trata de ahorrar dinero, como el decreto del gobierno socialista de 1992, que se hizo por estrictas razones presupuestarias", insistió Rato, para quien el cambio económico vivido en los últimos años, la llegada del euro, y el nuevo entorno económico mundial hacen necesaria una reforma de las estructuras laborales y sociales en España.
"Llegar al pleno empleo exige tocar todas las teclas", afirmó Rato, quien sostuvo que no tiene sentido que "con un elevado paro en algunas provincias, toda la nueva contratación que se realice sea de inmigrantes". De nuevo, el vicepresidente no quiso adelantar detalles de la reforma, pero insistió en que tendrá que facilitar la movilidad geográfica de los parados y redefinir el paro de larga duración.
Rato presidió ayer la presentación de un libro con artículos sobre España publicados en The New York Times, a la que asistió el embajador español en Washington, Javier Rupérez, entre otras personalidades.
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