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Columna
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Otras políticas

Miguel Ángel Fernández Ordoñez

El Gobierno ha puesto en la política monetaria su esperanza de solución de los problemas de la economía española, y alienta al BCE a que mantenga los tipos de interés. Es verdad que el mantenimiento de los tipos por parte del BCE está impidiendo que, en el corto plazo, se agrave nuestro principal problema económico, que consiste en que cada vez tenemos más inflación y menos crecimiento. Pero los instrumentos para resolver a fondo este problema no están en manos del BCE, sino en las nuestras. Son otras políticas, distintas de la monetaria, y de las cuales mencionaré solo cuatro, las que consiguen aumentar el crecimiento real y disminuir la inflación. El BCE sólo puede ayudarnos a reducir la tasa de crecimiento nominal del PIB, siendo el Gobierno español responsable de que esa tasa se descomponga en un mayor crecimiento real y una inflación menor.

El Gobierno, en vez de ocuparse de la política monetaria, que depende del BCE, debería ocuparse de, al menos, cuatro políticas que dependen de él y que son claves para conseguir un crecimiento sin inflación, y en las que está haciendo todo lo contrario de lo que debe.

Primero, desregular los monopolios. En vez de forzarles a competir, el Gobierno les ayuda a mantener sus privilegios, como sucedió con el tabaco, o como acaba de hacer al retrasar la concesión de dos licencias adicionales de móviles, por dar sólo unos ejemplos. Así, vamos muy por detrás de otros países europeos, y no nos debe extrañar que las tarifas españolas sigan estando entre las más altas de Europa.

Segundo, no frivolizar con la política macroeconómica. Mientras se alardea de estabilidad presupuestaria, se siembra el país de AVE y se aprueba una reforma de pensiones que va en el sentido contrario de lo que hay que hacer. La llamada reforma de pensiones ha aumentado el gasto y ha disminuido la contributividad.

Tercero, liberalizar el comercio internacional. La apertura comercial es un elemento clave para aumentar la tasa de crecimiento. En vez de ir en esta línea liberalizadora, el Gobierno español se ha opuesto, por ejemplo, a la libertad de comercio del azúcar propuesta por la Comisión Europea. Al retrasar la libertad de comercio no sólo perjudica a los países pobres, sino también a los consumidores españoles y a la tasa de crecimiento.

Cuarto, flexibilización del mercado de trabajo. Estar dentro del Euro es como estar dentro del patrón oro y, por ello, si no se flexibiliza el mercado de trabajo, el ajuste de pérdida de competitividad se realizará en España vía empleo. Si no cambia de política, el Gobierno se verá obligado a reducir sus proyecciones de crecimiento de empleo cada tres meses, como empezó a hacer la semana pasada. Mientras los franceses han flexibilizado calladamente su mercado de trabajo, en España, después de varias reformas vaivén, el contrato a tiempo parcial tiene todavía más rigideces que el que había en 1996. En vez de flexibilizar el mercado laboral, se aumenta la selva de subvenciones y se ponen trabas a los contratos temporales y a las empresas de trabajo temporal.

El Gobierno confía la resolución de los problemas exclusivamente en la dura política monetaria del BCE, y esto es un error. La solución de nuestros problemas depende de nuestra capacidad de reformar, de que se apliquen las políticas que aumentan la productividad y el crecimiento de nuestra economía. Es un error pensar que el problema económico español es exclusivamente de demanda. Tenemos que aumentar la productividad para que el crecimiento nominal no se transforme en inflación, y hay que decir con toda rotundidad que la política monetaria, en la que el Gobierno ha puesto todas sus esperanzas, no puede hacer nada para aumentar la productividad. Son otras políticas, como la desregulación de monopolios, la reducción del gasto público improductivo, la apertura comercial y la flexibilización del mercado de trabajo, las que necesitamos. Y si no hay fortaleza política para acometer estas reformas (¿por qué no se actúa ahora, cuando estamos al principio de la legislatura y se tiene mayoría absoluta?), al menos habría que evitar ir hacia atrás en esas políticas, tal como se ha caminado durante este primer año de legislatura.

mfo@inicia.es.

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