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Reportaje:

Un futbolista en el tráfico de esclavos

El nigeriano Jonathan Akpoborie, que juega en la Liga alemana, es el dueño del barco en el que viajaban niños vendidos

La falsa alarma sobre el tráfico de niños esclavos en el barco Etireno, cuyo periplo de dos semanas por la costa de África occidental tuvo en vilo a la comunidad internacional hasta que a su desembarco en Benin parecieron desinflarse los primeros rumores, ha resultado no ser tan falsa. Es cierto que no eran 250 menores, sino 40, los que viajaban en su interior para ser vendidos en Gabón, pero de los 23 niños de entre cinco y 14 años que desembarcaron en el puerto beninés de Cotonú, cinco han declarado que fueron objeto de una transacción comercial antes de partir y ocho aseguraron haber viajado con un intermediario desconocido.

Son los primeros resultados de una investigación policial que se abrió el 17 de abril, día en el que atracó el llamado barco de la vergüenza. Fueron dados a conocer el lunes en un comunicado conjunto del Gobierno de Benin, Unicef y la ONG Tierra de Hombres, a la que ha sido encomendado el cuidado de estos menores hasta que se encuentre a sus familias. 'Está confirmado que la aventura del barco Etireno entra efectivamente en la categoría del tráfico de menores y trabajadores clandestinos en la región', señala.

Pero no es la única novedad del polémico caso, cuyas ramificaciones han llegado hasta el equipo de fútbol alemán VFL Wolfsburgo. Su atacante nigeriano, Jonathan Akpoborie, ha resultado ser propietario del Etireno. Tras dos semanas de investigaciones y especulaciones, el club ha optado por 'liberar hasta nuevo aviso a Jonathan Akpoborie de sus obligaciones en entrenamientos y partidos', según reza un comunicado difundido el lunes. 'Ésta es una acusación muy grave. Johnny tiene que aclarar el asunto y hacer una declaración de honor de que él no tiene nada que ver en esto', dijo ayer Peter Pander, director ejecutivo del equipo patrocinado por Volkswagen, que en la actualidad es décimo en la clasificación de la Bundesliga, la primera división del fútbol alemán. El grupo automovilístico alemán financia varios proyectos de Tierra de Hombres para ayudar a los niños de la calle en Suráfrica y México.

Akpoborie, que ha viajado a Nigeria, desde el principio ha negado saber nada sobre el asunto. 'No podía creer en mis ojos cuando vi que en un informe de la CNN sobre la trata de esclavos aparecía el nombre de mi barco', dijo el jugador, de 32 años, que cuenta con una larga trayectoria en varios clubes del fútbol alemán. El Etireno se llama así en honor a su madre, y Akpoborie es propietario también de otra embarcación de pasajeros, de nombre Xmas Day, que recorre la costa occidental africana.

¿Qué sucedió entonces? Ak-poborie tiene sus sospechas: 'Puede que los competidores nos quieran perjudicar: nuestros barcos son los mejores y más potentes'. El futbolista quiere creer en que el capitán de su barco, Lawrence Onome, le dijo la verdad al asegurar que 'tanto el número de pasajeros como la carga del Etireno fue exactamente registrada' durante la travesía. Sin niños, desde luego. El futbolista, titular en 31 ocasiones de la selección nacional de Nigeria y aquejado de muchas lesiones últimamente, ha contratado a un abogado en Benin para que investigue lo sucedido 'con independencia de todos los involucrados'.

Por su parte, Alfonso González, responsable de Tierra de Hombres en Benin, señalaba ayer que el tráfico de niños es un fenómeno habitual en esa zona. 'En nuestra organización hemos acogido a casi 8.000 niños en la última década. El el año pasado recibimos 700 víctimas de trabajo infantil, de las que sólo un pequeño porcentaje es esclavizado en países vecinos. Muchos otros son explotados en el mismo Benin'. Sólo en este país se habla de 'más de 410.000 niños trabajadores', según González.

Unicef estima la cifra de niños esclavos en la zona de África occidental en 200.000. El precio que se paga a sus familias es de unos 14 dólares (2.600 pesetas). La organización Tierra de Hombres trabaja en coordinación con la Dirección de la Protección de la Familia y la Infancia y con la Brigada de Protección de Menores de la policía beninesa. 'Estas instancias son las que detectan las situaciones y remiten a los niños a la organización. El objetivo es reintegrarlos en sus familias, por lo que se abre una investigación para determinar su origen, pero primero hay que prestarles ayuda para paliar los efectos físicos y psicológicos de lo que han pasado'.

El futbolista nigeriano Jonathan Akpoborie, en un partido con su equipo, el VFL Wolfsburgo.
El futbolista nigeriano Jonathan Akpoborie, en un partido con su equipo, el VFL Wolfsburgo.AP

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