Las milicias radicales de Al Fatah continuarán la lucha
La milicia popular de los Tanzim, vinculada al partido gubernamental palestino Al Fatah, se niega a disolverse y abandonar la Intifada, tal y como exigió ayer el presidente Yasir Arafat, en un esfuerzo por mitigar la revuelta y favorecer el proceso de negociación que le impone la comunidad internacional, y especialmente sus dos aliados árabes más importantes, Jordania y Egipto. Arafat dio orden de que se disolvieran los Tanzim después de que el sábado pasado esta fuerza se responsabilizara de un ataque con morteros a un asentamiento judío en Gaza.
Las milicias de los Tanzim, el motor de la Intifada iniciada hace siete meses, anunció ayer a través de su dirigente, Marwan Barghuti, que 'no dejará la Intifada' y que 'continuará luchando contra Israel'. La rebelión de Barghuti consolida el proceso de contestación contra Yasir Arafat que las fuerzas fundamentalistas palestinas iniciaron hace cinco días, cuando firmaron un comunicado negándose a acatar las órdenes de la Autoridad Palestina y dejar las armas, especialmente los morteros.
'Nosotros continuaremos la lucha contra la ocupación. No somos ni un partido ni una asociación. No tenemos que dar cuentas a nadie con respecto a nuestro derecho a la resistencia', aseguraba ayer el movimiento Tanzim en un documento difundido desde Gaza.
La rebelión de estas fuerzas parece contar con el apoyo de numerosos miembros y responsables de las fuerzas de seguridad, muchos de ellos protagonistas y dirigentes de la primera Intifada, que han anunciado también su oposición a frenar la revuelta y que amenazan con abandonar sus puestos para sumarse de manera activa a la sublevación.
El supuesto enfrentamiento entre Arafat y los dirigentes de la Intifada no ha sorprendido a nadie, ya que en los últimos meses se habían puesto en evidencia importantes disidencias. Los sectores más radicales habían solicitado insistentemente al presidente palestino que se colocara al frente de la revuelta y que dejara de conspirar para domesticar la Intifada, tratando de convertirla en una movilización pacífica. Los núcleos rebeldes más importantes frente a las maniobras políticas de Arafat se encuentran en la Banda de Gaza, la zona más castigada durante los últimos meses por los bombardeos israelíes, pero además hay otras zonas importantes de disidentes, especialmente en el norte de Cisjordania, en la región de Nablús, que tradicionalmente se ha venido escapando del control de la Autoridad Palestina.
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