Rompiendo el silencio
Hace más de siete años, en enero de 1994, escribí un epílogo a Fernanda Romeu -que me fue solicitado amablemente por su autora- a un libro titulado El silencio roto, en que la historiadora Romeu reflejaba años de investigación sobre el papel que ejercieron las mujeres contra el franquismo y de apoyo a los maquis.
Tanto por mi salud como por mis principios, no suelo romper mi silencio con cartas públicas relacionadas con los acostumbrados bochornos de nuestra cultura. Pero he comprobado, perplejo y asombrado estos días, cómo se ha visto reflejado en prensa el estreno de la película Silencio Roto de Montxo Armendáriz, y he sentido gran extrañeza, sin haber podido comprobar la razón de la omisión del libro y la autora citados, al ver que dicho libro en que modestamente colaboré no aparece citado por los creadores de la película en cuestión, y mi preocupación y alarma por el uso del título de aquel libro.
Dado que aporté mi pequeño grano de arena en el libro El silencio roto quiero hacer constar mi sospecha de que se trata de otro más de los muchos saqueos que la intelectualidad de medio pelo que nos invade ha cometido sobre los profesionales que trabajamos en silencio. En este país de 'Madrid manda, Valencia no existe, y salir en la foto', rompo mi silencio brevemente.
Recuerdo haber escrito en aquel libro, El silencio roto, 'aún no es tarde para recordar' y añadiría 'para la dignidad', y vuelvo a mi retiro donde apenas molestan los petardos, los mass-media y el oportunismo.- Fernando Garcín. Escritor. Valencia.
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