El juez ordena investigar las empresas del abogado acusado de robar a una tetrapléjica

El juez de Madrid que investiga el caso de Bernardeta Lewandowska (la inmigrante tetrapléjica cuyo abogado, el fallecido Luis Alberto Pinillos Mora, ha sido acusado de robarle supuestamente 130 millones de la indemnización que recibió tras sufrir un grave accidente de tráfico) ha ordenado a la policía que investigue todo el entramado financiero del citado letrado, de la esposa e hijos de éste y de sus testaferros. En concreto, y a petición de la fiscalía de Madrid, el juez ha decretado que se indaguen los movimientos bancarios de nueve sociedades, algunas de ellas inmobiliarias, en las que Pinillos, sus familiares y sus socios tienen participación. Una de estas sociedades, según fuentes jurídicas, es Galartis, SA, propietaria del palacio de la Reina Doña Juana, en Segovia, ciudad en la que Pinillos tenía su afamado despacho.

Durante la ya larga investigación judicial, el instructor del caso ha descubierto que Pinillos, antes de morir, abrió tres cuentas bancarias y que 50 millones de la indemnización fueron a parar a la sociedad Omnigestión, SL, vinculada al letrado y a Santiago Vidaechea, imputado en esta causa. También ha descubierto que otros 20 millones llegaron desde esas cuentas al despacho que Pinillos poseía en Segovia y que hoy gestionan varios de sus hijos. Esta nueva y más profunda investigación del entramado financiero de Pinillos se produce a peticion del fiscal y justo cuando estaban a punto de concluir las pesquisas judiciales.

En busca de los millones

El juez quiere averiguar dónde han ido a parar los 130 millones de pesetas que, según los cálculos de la investigación, dejó a deber Pinillos a Bernardeta antes de fallecer en agosto de 1996. Bernardeta, de 36 años y madre de tres hijos, sufrió un accidente de tráfico en Navarra en 1992. Quedó tetrapléjica y contrató a Pinillos para que le llevase el pleito. La aseguradora, en un arreglo extrajudicial, la indemnizó con 150 millones de pesetas. El abogado cobró por ella el dinero (aunque la engañó y le dijo que la cantidad abonada por la aseguradora era de 125 millones) y le entregó, de golpe, 12,5 millones. Luego le fue dando 400.000 pesetas mensuales durante algo más de dos años tras prometerle que rentabilizaría el dinero. Pinillos falleció en 1996 y se llevó a la tumba el paradero de los 130 millones. Bernardeta, que vive con su marido en una casa de Toledo que le ha cedido en alquiler la Junta, tuvo que dar en febrero en acogida a sus tres hijos ante la penuria económica que invade su casa. Su marido no puede trabajar porque tiene que cuidar de ella.

Los familiares y socios de Pinillos, tras ser citados por el juez para explicar el paradero del dinero, se han limitado a decir que ignoran el destino que le dio el fallecido a esos millones. El juez no les cree y, de momento, ha procesado a la esposa, a los hijos y dos socios de Pinillos por supuestos delitos de estafa, apropiación indebida y falsedad.