'Estaré en huelga de hambre hasta que nos den espacio en televisión'
Emma Bonino, de 53 años, ex comisaria europea y líder del Partido Radical, inició un minuto antes de las cero horas de hoy sábado en Milán una huelga de hambre y sed para llamar la atención de los italianos sobre el 'boicoteo televisivo' al que está sometido su partido. Los radicales se presentan a las elecciones del 13 de mayo con un programa laico en defensa de la libertad de investigar con embriones, de la eutanasia, del acceso a las terapias contra el dolor, que ha tropezado con la oposición de la Iglesia y un amplio sector de la política.
Pregunta. ¿No es exagerada una huelga de sed para pedir un poco más de espacio para su partido en la televisión?
Respuesta. Llevo 30 años oyendo hablar de nuestras exageraciones. La primera vez que hice una huelga de sed fue en 1976 y la hice contra el aborto clandestino. Gracias a aquella protesta, en Italia el aborto es posible. Se habla mucho de nuestros excesos, pero gracias a ellos se han conseguido no pocas conquistas civiles.
P. ¿Hasta dónde piensa llegar en esta protesta?
R. La idea es seguir adelante hasta que se produzca un cambio de actitud hacia nosotros. Yo he escrito al presidente Carlo Azeglio Ciampi denunciando la violación de los derechos de que es objeto el pueblo italiano al no poder tener acceso a un debate como el que proponemos. Ciampi ha respondido pidiéndome que sea razonable, pero debería decírselo a la RAI (televisión pública italiana), que el jueves ha dado espacio a Adriano Celentano, contrario incluso a los transplantes, en un programa de máxima audiencia.
P. ¿Piensa que la batalla actual de los radicales por la libertad de investigación sobre los embriones para dar esperanza a quienes sufren enfermedades irreversibles es equiparable a aquella del aborto?
R. Sí. Si fuera posible llegar a la gente tendrían el mismo impacto. El problema es que cuando la política no asume sus responsabilidades de llevar adelante el debate sobre temas cruciales como éstos de la bioética, entonces ocurre que otro ocupa este espacio, sea un cantante, como Celentano, un cura, quien sea. Las dos grandes coaliciones que compiten en estas elecciones se disputan el voto católico, sus líderes no paran de hacer genuflexiones. Vemos que el poder temporal de la Iglesia ha vuelto a aumentar y batallas que parecían superadas vuelven a plantearse.
P. De la huelga de sed de 1976 han pasado 25 años. La idea de repetirla no habrá sido fácil.
R. No. En 1976 me juré a mí misma que sería la última vez; en cambio, ya ve, no se puede decir la palabra nunca. Hay un equipo médico de un hospital público que controlará mi estado de salud. Hoy estaré trabajando, asistiré incluso a una rueda de prensa, pero no creo que el domingo pueda seguir en pie. En un momento determinado me tendrán que ingresar en el hospital.
P. Su partido presenta en estas elecciones a un candidato muy especial, Luca Coscioni, un joven con esclerosis amiotrófica lateral, que utiliza un ordenador para poder comunicarse. Su candidatura pretende subrayar la necesidad de desarrollar la clonación terapéutica a la que se opone el Vaticano y el Parlamento Europeo. Y el italiano ratificó poco después de disolverse el Protocolo del Consejo de Europa contra la clonación.
R. Una ratificación bastante rara teniendo en cuenta que las Cámaras estaban ya disueltas. Además, otros países europeos como el Reino Unido distinguen muy bien entre clonación terapéutica y la clonación de otro tipo, y Francia tampoco ha ratificado ese protocolo.
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