El PSOE reafirma su oferta de diálogo al PNV porque 'gana adeptos' y le diferencia del PP
Los populares acusan a Zapatero de usar una estrategia que 'desmoviliza' a sus electorados
El Partido Popular insiste en público en que la oferta de diálogo de los socialistas a todos los partidos democráticos, incluido el PNV, 'desmoviliza' a sus electorados. Estas divergencias sobre el escenario políticos vasco preocupan lo suficiente al PP y al PSOE como para que ayer intentasen reunirse en secreto (luego trascendió su contenido) el secretario general de los populares, Javier Arenas, y su portavoz en el Congreso, Luis de Grandes, con su homólogo del PSOE, Jesús Caldera, y el secretario de organización de ese partido, José Blanco.
Los máximos dirigentes del PP y del PSOE son plenamente conscientes de que persiguen el mismo objetivo de cambio para Euskadi tras las elecciones del 13 de mayo, pero quieren llegar por caminos diferentes. Y, además, miden todos sus movimientos con mucha precaución para evitar por un lado 'sorpresas desagradables' y también, aunque no lo admiten en público, porque compiten por una franja similar del electorado, especialmente en Álava.
El PSOE estima que hacer el mismo discurso que el PP es un suicidio político y perjudica incluso a la candidatura de Jaime Mayor Oreja. Los socialistas creen que el propio Mayor debía ser el más interesado en que el PSOE obtenga el máximo número de escaños posibles.
El secretario general del PSOE y Arenas mantuvieron el lunes una charla telefónica en la que José Luis Rodríguez Zapatero le anticipó los esperanzadores resultados de una encuesta interna del PSE que les sitúa a ambas formaciones a sólo un escaño de los 38 que necesitan para la mayoría absoluta.
El PSOE sostiene que su estrategia funciona y reclama al PP que les deje trabajar en paz. Esa fue la idea que le transmitió anoche el interlocutor del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, al secretario general de la Presidencia del Gobierno, Francisco Javier Zarzalejos.
De Grandes también trasladó ayer a Caldera la misma advertencia que Arenas expuso el día anterior sobre el 'contrasentido' de querer un cambio para Euskadi y pretender seguir dialogando con el PNV 'porque su tiempo ya pasó'. Aunque evitó el término advertencia y prefirió denominarlo 'reflexión' sobre la 'desmovilización' que provoca esa estrategia, precisamente cuando ambas formaciones basan casi todas sus posibilidades de éxito en llevar a las urnas a los miles de sus electores que les apoyan en comicios generales y optan por la abstención cuando se convocan elecciones autonómicas.
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