De la Rúa y Cavallo deciden la destitución del presidente del Banco Central argentino
Pedro Pou está acusado de favorecer a bancos que quebraron y permitir el lavado de dinero
Los mercados dieron ayer un respiro, con una subida inicial de la Bolsa del 2,7% y de los títulos en torno a los dos puntos. El riesgo-país seguía por encima del 12%, pero con tendencia a la baja. 'Está renaciendo la calma y primando la racionalidad; los operadores se han dado cuenta de que el pánico es un mal consejero', dijo Julio Macchi, ex presidente de la Bolsa. 'No tiene ningún sentido que el riesgo de Argentina para la inversión esté a los niveles de Nigeria', indicó un empresario español, que no ocultaba su sorpresa por la negativa señal de los mercados.
Argentina se halla entrampada en un círculo vicioso. El temor a un incumplimiento en el pago de los vencimientos de capital e intereses de la deuda, que obligaría su reprogramación, desencadenó el jueves pasado una corrida contra los títulos de deuda que alcanzó el cénit el lunes. El riesgo-país se disparó y, con él, el tipo de interés extra que tiene que pagar el Gobierno argentino para endeudarse.
Por cada 1% que aumenta el riesgo-país, los intereses de la deuda crecen 260 millones de dólares (unos 48.360 millones de pesetas) al año. Sólo el lunes, el tipo extra subió un 2,39% o 620 millones de dólares (115.320 millones de pesetas). A este ritmo de endeudamiento, es insostenible el cumplimiento de los compromisos internacionales, a pesar de que el Gobierno reitera que no habrá reprogramación de deuda.
Algunos analistas atribuyen la desconfianza de los inversores a las intenciones del ministro de Economía, Domingo Cavallo, de abandonar la ley de convertibilidad (paridad entre el peso y el dólar), en vigor desde 1990, y pasar a una futura canasta entre el dólar y el euro. Pero el hombre fuerte del Gobierno habla de una conspiración contra la economía argentina promovida desde influyentes sectores vinculados al ex presidente Carlos Menem, con problemas con la justicia por el tráfico ilegal de armas a Croacia y Ecuador. 'No ven otra solución que el caos', dijo en referencia a los problemas de Menem y Pou con la justicia. 'Pou puso en marcha una estrategia para convencer a la gente y los inversores que yo quiero acabar con la autonomía del Banco Central', declaró el ministro.
El menemismo apoya a Pedro Pou al frente del Banco Central, ataca la convertibilidad y reclama la dolarización de la economía. El equipo de Cavallo responde que la estrategia de Menem esconde una voluntad de generar una situación de inestabilidad económica para erosionar el poder del presidente De la Rúa y cerrar las investigaciones por corrupción a funcionarios del anterior Gobierno.
Tras dos meses de deliberaciones, una comisión bicameral de la Cámara de Diputados y del Senado -integrada por cuatro parlamentarios del oficialismo y uno de la oposición peronista- entregó a De la Rúa su dictamen sobre Pou, en el que recomienda la destitución.
Las operaciones de blanqueo de dinero ilícito proveniente del narcotráfico ocupan un lugar destacado, pero los congresistas apuntan también a sospechosas cesiones de redescuentos a bancos días antes de sus liquidaciones y un marcado favoritismo hacia el extinto Banco República, de Raúl Moneta, conocido como el banquero de Menem.
El sucesor
Roque Maccarone, antiguo presidente del Banco Nación y del Banco Río, es el principal candidato para ocupar la presidencia del Central. Actualmente, es asesor del consejo de administración del Banco Galicia. El único obstáculo puede estar en el Senado, donde no es descartable un intento del bloque menemista de vetar el nombramiento de Maccarone en venganza por la destitución de Pou.
Esta semana será decisiva para Argentina. Domingo Cavallo se juega buena parte de su prestigio económico y sus aspiraciones futuras de llegar a la Presidencia. De momento, los mercados siguen dándole la espalda pese a sus esfuerzos por ajustar las cuentas fiscales y la reiterada promesa de que Argentina cumplirá sus compromisos. El día después de que el ministro enviara una carta a los operadores financieros en la que confesaba su sorpresa 'por el poco crédito que nos ha sido dado por lograr encarrilar de nuevos los números fiscales', el riesgo-país cerró el lunes en 1,284 puntos, tras de trepar hasta un récord histórico de 1.300.
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