_
_
_
_

Sant Jordi, locura de libros y rosas

La fiesta recupera el pulso ciudadano y registra un significativo aumento en las cifras de ventas

Cataluña vivió ayer una Diada de Sant Jordi, día del libro y de la rosa, marcada por el signo más. Más sol, más ciudadanos en las calles, más escritores firmando libros, más colas, más ventas y más repartidas. A media tarde, la sensación en el Gremio de Libreros era de euforia y se señalaba que el aumento de las ventas de libros era de entre un 5% y un 7% respecto al año pasado, cuando la celebración quedó un poco deslucida porque coincidió con el éxodo de Semana Santa.

Después de unos días de frío invernal, el tiempo se conjuró ayer para que el día de Sant Jordi, patrón de Cataluña, alcanzara todo su esplendor. Fue un día primaveral en el que todo el mundo parecía estar más guapo, más feliz y más generoso, hasta en las aglomeraciones que se viven habitualmente en La Rambla y en la plaza de Catalunya de Barcelona, principales focos de la fiesta. Los escritores, por supuesto, iban de un puesto de venta a otro mucho más ajetreados que el resto de los ciudadanos. Para muchos de ellos, la jornada empezó en el hotel Regina, que desde el año pasado convoca un multitudinario desayuno literario. Allí, un Fernando Marías expectante esperaba con buen humor el encuentro con los lectores: 'Lorenzo Silva me ha contado que es una auténtica locura, difícilmente explicable', decía el premio Nadal 2001. Algún que otro autor calificó la jornada de 'delirante'. No es para menos, puesto que en un solo día se concentra el 10% de las ventas anuales de libros.

Más información
El final de una fiesta 'impresionante'

En el mismo hotel se juntaron, además de Marías, Lucía Etxebarria, Lola Beccaria, Màrius Serra, Jordi Coca -que a última hora era uno de los autores más vendidos en catalán con el libro con que ganó el último Premio Sant Jordi, Sota la pols- y un largo etcétera. A partir de ahí, los autores invadieron la ciudad. O, mejor dicho, se tuvieron que multiplicar en miles de sitios para dejarse invadir por los lectores.

Una sonriente Elena Poniatowska, la escritora mexicana que ha ganado el último Premio Alfaguara de novela, firmó una buena cantidad de ejemplares de La piel del cielo a pesar de ser casi una desconocida en España. Era la primera vez que asistía a una Diada de Sant Jordi: 'Estoy deslumbrada. Sobre todo porque ahora en mi país se quiere introducir un impuesto sobre el libro, que va a matar a las editoriales pequeñas y reducirá el número de lectores'. Aunque, para colas, las que provocaron Antonio Gala, Maruja Torres, Manuel Rivas y Eduardo Mendoza.

Las ventas estuvieron muy repartidas, pero el Gremio de Libreros configuró a media tarde una lista provisional en la que figuraba una vez más el humorista Andreu Buenafuente, que ayer no acudió a firmar ejemplares de su última entrega de monólogos, Hem de parlar; Eduardo Mendoza, que se hinchó de firmar ejemplares de La aventura del tocador de señoras; Lucía Etxebarría, que hizo lo propio con De todo lo visible y lo invisible, y Quim Monzó.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_