Pacto Andaluz por el Libro
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, hizo alusión ayer a un escenario desolador para la cultura en la firma del Pacto Andaluz por el Libro. 'Tranquilidad, pues, amigos y amigas, porque no hará falta recurrir a los métodos apuntados por Bradbury y más tarde por Truffaut en Farenheit 451, donde cada voluntario debía memorizar íntegramente el contenido de un volumen ante el peligro de la destrucción y desaparición de los libros', explicó el presidente andaluz. En efecto, las cosas no llegarán al extremo de que brigadas policiales se dediquen a quemar bibliotecas, pero hacen falta iniciativas como el Pacto Andaluz por el Libro para no caer en la barbarie, vino a decir el presidente de la Junta.
Representantes de la Junta, la Confederación de Empresarios de Andalucía, UGT, CC OO, las asociaciones de editores y libreros, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias y Canal Sur cerraron filas en la firma del acuerdo en el Palacio de San Telmo, en Sevilla. El Pacto Andaluz por el Libro recoge un repertorio de medidas destinadas a resaltar el valor de la lectura en una sociedad acorralada por la industria audiovisual y las más variadas formas de ocio.
El pacto busca 'colocar al libro en el centro de atención de la vida ciudadana de los andaluces como motor de cambio de sus hábitos culturales y base sólida para comenzar con pie firme el tercer milenio, especialmente en su desarrollo económico y social'. El acuerdo establece medidas para impulsar la red pública de bibliotecas, fomentar el hábito de la lectura entre los estudiantes, promover la industria editorial en la región y mejorar la red de librerías, entre otras.
Con todo, el acuerdo no incluye ningún tipo de financiación detallada de los objetivos a conseguir. La consejera de Cultura, Carmen Calvo, cifra en torno a los 1.000 millones de pesetas la inversión que requerirá el Pacto Andaluz por el Libro en lo que resta de legislatura.
'Creo que es innecesario recordar que el libro se ha ganado a pulso un tratamiento singular y digno, más allá de las microcifras y de los porcentajes. ¿Cómo se cuantifican unas horas de placer disfrutando de la lectura? ¿Cómo calcular los réditos producidos por un fabuloso e imaginario viaje? ¿Qué debe pagar la información legada por generaciones y generaciones de hombres y mujeres? ¿Cuánta plusvalía genera la belleza de un poema?', señaló Chaves.
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