Renovadora de organismos

Nació hace 16 años de la mano de un reducido grupo de profesionales de la informática con buen olfato empresarial y cierta experiencia en la administración local, y se ha convertido en la compañía líder de software para la gestión de entidades públicas locales. Entre ayuntamientos, diputaciones provinciales, patronatos, parlamentos, cabildos insulares y otras entidades, ya son más de 2.400 los organismos públicos que engrosan la cartera de clientes de Aytos.

La sede principal está en Écija (Sevilla), donde se encuentran la dirección, la administracción y el departamento de I+D, y desde donde se coordina el soporte y la atención a los usuarios. Además, tienen delegación en Sabadell y Gandía y entre sus proyectos más inmediatos se encuentra poner en marcha una sede en Madrid.

Sus programas informáticos buscan facilitar a las administraciones públicas procesos teóricamente farragosos, pero básicos para su gestión. La empresa ofrece ya más de 11 productos: desde Sical-Aytos, un sistema de información contable para la Administración local, a programas pensados para el control administrativo de las facturas recibidas o para contabilizar automáticamente los gastos de personal.

Miguel Ángel Gómez Martín, director gerente de la compañía y uno de sus socios fundadores, comenta que hasta 1992 las empresas informáticas catalanas dominaban la gestión de las administraciones públicas. Ese año entró en vigor un nuevo plan contable y el equipo de Aytos, que desde 1985 intentaba hacerse un hueco en el sector, vio en él una oportunidad única para expandirse. 'La nueva normativa aumentaba la complejidad de la contabilidad pública y obligaba a sustituir los antiguos libros de cuentas por sistemas informáticos', recuerda Gómez Martín.

Desde entonces, Aytos ha ido ganando terreno hasta hacerse con el 35% del mercado nacional de soluciones informáticas para la Administración Pública. El año pasado, la empresa consiguió expandirse hacia zonas que hasta ahora se le resistían, como Levante y Cataluña. Ahora, dan servicio a los ayuntamientos de Tarragona, Lérida y Gerona y a todos los municipios barceloneses de menos de 20.000 habitantes, gracias a un acuerdo suscrito con la diputación de Barcelona.

Mediante contratos de estas características, la empresa también sirve a los municipios pequeños de la de la Generalitat Valenciana e incluso el Ayuntamiento de Alicante se encuentra ya entre sus usuarios, igual que los de Santa Cruz de Tenerife, La Coruña, Cáceres o Badajoz.

En Andalucía, Aytos ha firmado contratos de estas mismas características con las diputaciones provinciales de Granada, Málaga, Huelva, Cádiz y Almería. Sin embargo, aún no ha conseguido incluir entre sus clientes a ninguno de los ayuntamientos de las ocho capitales de provincia. 'Es una espinita que tenemos clavada', reconoce el director gerente. 'En Andalucía, antes de llegar nosotros, se implantó una empresa pública de la Diputación Foral de Navarra, que aún mantiene los ayuntamientos de Córdoba, Málaga y Sevilla. Cogió menos clientes, pero muy importantes', recalca Gómez Martín.

El año pasado estuvieron a un paso de hacerse con los Ayuntamientos de Cádiz y Almería, pero una confusión con los plazos del concurso les impidió ganar el primero, mientras que el del Ayuntamiento almeriense fue el único concurso público que perdió Aytos en el año 2000.

El gerente de la compañía está convencido de que el éxito de sus programas radica en 'su facilidad de uso'. 'Estos productos están desarrollados pensando en lo que quiere encontrarse un funcionario cuando emplea una herramienta informática: sencillez'. Para lograrlo, los creadores de Aytos idearon un sistema 'basado en los conceptos de siempre' y que 'internamente hiciera las operaciones complejas', sin que se convirtiera en un galimatías para el usuario.

Otro de los secretos, según Gómez Martín, es adaptar el producto a las demandas de los clientes. 'La competencia se ha basado en productos que en principio parecían más rentables, pero que luego no han evolucionado. Nosotros lo hemos hecho al revés'. El gerente considera que, además, existen una serie de garantías de obligado cumplimiento para consolidar a una empresa de estas características: tener suficiente personal, mentalidad de servicio al usuario y capacidad para resolver los problemas a tiempo.