Las divergencias en la UE evitan la condena del embargo a Cuba
Castro pierde apoyos en América Latina
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprobó en la noche del miércoles una resolución que reprueba la situación en Cuba -la décima de las adoptadas en el mismo sentido a lo largo de los últimos once años-, pero que no menciona el embargo decretado por Estados Unidos contra la isla.
Los quince países miembros de la UE mantienen la posición común de que la reprobación humanitaria del régimen de Castro debe ir acompañada de una condena paralela del embargo, porque sus efectos negativos para la población refuerzan al régimen. Sin embargo, como ocurre con frecuencia, esta cohesión teórica de los Quince se diluyó a la hora de negociar el texto concreto de la resolución.
Países como Alemania, Holanda o Dinamarca se alinearon claramente con EE UU en la defensa de una propuesta que Francia amenazó con no apoyar, rompiendo por primera vez en este foro la unidad europea. España, que como Bélgica o Italia criticaban el proyecto, no se planteó en ningún momento secundar la amenaza francesa, según indican fuentes diplomáticas, ni competir con otras sugerencias en un protagonismo internacional sobre el problema cubano que la política exterior del actual Gobierno de José María Aznar trata claramente de evitar.
La propuesta polémica incluía una mención vaga y confusa de la 'necesidad' de que el pueblo cubano 'fortalezca sus derechos humanos y bienestar económico'. Había sido negociada por la República Checa, que habitualmente expresa en esta votación la posición europea, y EE UU, que rechaza desde hace años que la condena del embargo se añada a esta resolución. Un simple cambio de esta frase por otra que afirma que se 'deberían adoptar medidas para mejorar la condición económica del pueblo cubano' hizo, sin embargo, que Francia se diera por satisfecha y volviera al voto europeo unitario de apoyo a la resolución, aún admitiendo que lo aprobado queda muy lejos del objetivo inicial de condenar el embargo. Por lo demás, la condena a Cuba se impuso por dos votos -22 frente a 20 y 10 abstenciones-, uno menos que el año pasado, y evidenció que Castro sigue perdiendo apoyos en América Latina: sólo la Venezuela de Hugo Chávez le secundó en el rechazo de la resolución. Perú, que en 2000 votó en contra, se abstuvo. Costa Rica, que el año pasado se abstuvo, votó la condena. Argentina repitió su voto de castigo, como Guatemala, y repitieron la abstención Brasil, México, Colombia y Ecuador.
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