'Jamás he visto un barco en esas condiciones'
El Ashva era un barco agonizante. Por fuera presentaba una corrosión galopante; por dentro, el agua entraba a través de una gran abertura y de varias grietas en la proa. Por eso, las autoridades lo hundieron fuera de la bahía. Pero lo peor estaba en la bodega, donde viajaban hacinadas 108 personas.
'Jamás he visto un buque en esas condiciones', recuerda conmovido Lorenzo Fernández, que por su condición de capitán marítimo de Tenerife ha visto unos cuantos desechos flotantes. 'Los camarotes de la tripulación despedían un hedor insoportable. Junto a ellos había un solo servicio, cuyo estado era inenarrable'.
Según varios testigos, no había a bordo ni restos de comida ni una gota de agua dulce. Los pasajeros habían hecho sus necesidades en la cubierta y en la borda. 'Era para echarse a llorar', resume uno de los policías que subieron al buque.
Las ropas de los inmigrantes estaban podridas y fueron sustituidas por otras que les proporcionó Cáritas. Sus estómagos no se hallaban en mejores condiciones que sus vestidos: varios tuvieron que ser hospitalizados porque no pudieron digerir los alimentos que les entregó Cruz Roja.
La policía nacional se volcó con ellos. Los agentes habilitaron una planta de su comisaría, destinada a albergar a la Unidad de Intervención Policial, y les ofrecieron sus duchas y sus servicios.
Los retretes se desbordaron y las aguas fecales cayeron sobre las taquillas de los funcionarios. 'Tuvimos que trasladarlos a la vieja terminal del aeropuerto de Fuerteventura porque no teníamos otra opción', declara un agente. '¡Ya nos hubiera gustado alojarlos en un hotel!'.
En cualquier caso, la estancia de los subsaharianos en la isla de Fuerteventura es provisional: está previsto que mañana 25 de ellos sean trasladados a un centro de acogida de la Península, probablemente en Barcelona.
El traslado de los 108 subsaharianos desde Tenerife a Fuerteventura desató el enfrentamiento político entre dirigentes del mismo partido pero de distintas islas. A esa polémica se sumó ayer el Diputado del Común (Defensor del Pueblo) Canario, Fernando Giménez, al considerar 'discriminatorio' trasladar a Fuerteventura a los inmigrantes que llegan a otras islas del archipiélago. En este asunto, declaró a Efe, 'la solidaridad tiene que ser de toda la comunidad canaria'. 'No se pueden cargar las tintas sobre dos o tres islas porque sea por allí por donde se entra', remachó.
El juez instructor del supuesto tráfico ilegal de inmigrantes, Joaquín Astor, cree que los nueve tripulantes del Ashva, que se encuentran en prisión, podrán ser juzgados en quince días. Se les acusa de atentar contra el derecho de los trabajadores y favorecer la inmigración clandestina, delitos tipificados con penas de entre dos y cuatro años de cárcel. Los inmigrantes, confinados en la antigua terminal del aeropuerto de Fuerteventura, están siendo interrogados por agentes de la brigada de extranjería para intentar averiguar su nacionalidad. En cuanto a la posible responsabilidad de la Administración por no haber controlado al barco, la Autoridad Portuaria desvía las acusaciones hacia la Capitanía Marítima: 'Su torre de control debió avisarnos', dice un portavoz.
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