El Reina Sofía recupera los 'poemas pintados' de Huidobro, introductor de las vanguardias en España

Salle XIV, la exposición inaugurada el martes en el Museo Reina Sofía de Madrid, es un trabajo de recuperación de una serie de poemas pintados realizada por Vicente Huidobro en 1922. El poeta chileno está considerado como el introductor en España de los aires de vanguardia artística que se vivían en París y otras capitales europeas como queda reflejado también en la amplia antología de su obra que se publica en estos días En mares no nacidos (Círculo de Lectores).

Tenía las pestañas largas y rizadas, los ojos saltones; rasgos distintivos en los retratos que le hicieron amigos como Juan Gris, Pablo Picasso, Jean Arp y Joaquín Torres García. Posiblemente la mirada penetrante de los que se sienten iluminados y son capaces de llevar sus obsesiones hasta el fin. El poeta chileno Vicente Huidobro (1893-1948) era ese tipo de persona inquieta, sorbida por las ideas que centelleaban a principios del siglo pasado y que él asimilaba, transformaba y difundía con pasión.

La exposición Salle XIV hace un juego fonético en francés que se interpreta como sucio catorce, en alusión a la Primera Guerra Mundial. Huidobro presentó estos poemas pintados como un puente entre las artes. 'Quería pasar a la historia como un renovador estético', dice Carlos Pérez, uno de los comisarios de la exposición. 'Huidobro creía en la unidad de las artes y tenía relaciones con muchos de los grandes artistas plásticos, músicos y escritores de su época'.

Se ha logrado reunir por primera vez 10 de los 13 poemas pintados orginales, y a partir de ellos se ha editado una serie de serigrafías que se exhibe también en la muestra. Junto a estas obras se sitúa a Huidobro asociado a artistas como Picasso, Lipschitz, Apollinaire, Satie, Marinetti, Arp o Sonia Delaunay. Pinturas, esculturas y gran cantidad de publicaciones vanguardistas que se incluyen en la exposición dan fe de su intensa actividad.

'Huidobro sostiene desde sus inicios que la primera condición del poeta es crear; la segunda, crear, y la tercera, crear', escribe Saúl Yurkievich en el prólogo a la edición de En mares no nacidos, que reúne la parte central de su obra poética, desde Adán (1916) hasta Temblor de cielo (1931). Ese endiosamiento del papel del poeta le lleva a acuñar, en la prolífica época de los ismos, su propio movimiento, el creacionismo.

A pesar de los muchos méritos que se le reconocen como precursor e introductor de las vanguardias literarias y artísticas en España, Huidobro sostuvo una lucha inútil para lograr que el cubismo fuera rebautizado como creacionismo.

En España los ecos de ese movimiento, del que él era el único representante, dieron frutos en la formación del ultraísmo. La relación de este poeta con España, donde permaneció algunos años, y sus ideas antifascistas le llevaron a luchar por la República en el frente de Aragón.