400 inmigrantes demandan papeles con un encierro en una ONG de Almería
Los responsables de Almería Acoge temen que su edificio se hunda
Las reivindicaciones de los extranjeros, que se encuentran hacinados en un piso de 200 metros cuadrados utilizado para oficinas, son la regularización de su situación en España y la obtención del permiso de trabajo.
El subdelegado del Gobierno prometió 'aplicar' los acuerdos de Barcelona, que incluyen la tramitación inmediata de solicitudes de permisos de residencia por circunstancias excepcionales. Anoche recibieron esa promesa por escrito como exigían y debatían en tres asambleas si abandonaban el encierro.
El director de Almería Acoge, Juan Miralles, justificó la reacción de los extranjeros en la política de gestión de las migraciones llevada a cabo por el Gobierno. 'No consideramos que a través de los encierros sea una forma de regular las migraciones. Pero estas personas vienen de países en los que sus gobiernos no acostumbran a cumplir lo que dicen. Y quieren lo mismo que les dijo el subdelegado, pero por escrito', explicó Miralles.
La cuestión más preocupante para los miembros de la ONG no está, sin embargo, en las suspicacias o recelos de los extranjeros sino en el 'peligro real' que el sobrepeso de las personas encerradas supone para un edificio de más de 30 años de antigüedad y con problemas de estructura en el pasado.
'Esto no es un pabellón de deportes ni un campus universitario abierto. Quizá haya que recurrir a empresas de seguridad muy caras para nosotros', dijo el presidente de la ONG, Antonio Puertas. No obstante indicó: 'Si hay un intento de desalojo, no será por parte de la asociación'.
Los 400 inmigrantes durmieron anoche en la sede de Almería Acoge hacinados en los pasillos y entre los muebles del local, que sólo dispone de dos aseos. Los escasos metros libres eran usados como improvisados apoyos y lugares de trabajo para preparar bocadillos o repartir los alimentos que han traído.
Almería Acoge apeló al artículo 34.4 de la Ley de Extranjería y al 74.3 del reglamento de 1996 para posibilitar una regularización rápida por circunstancias excepcionales que a su vez 'cubra las necesidades de los empresarios de Almería'.
'El Gobierno', insistió el subdelegado del Gobierno, 'tiene que hacer clara la forma de cómo va a documentar a los inmigrantes. Mientras no se haga así, la gestión está en manos de los encierros'.
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