Reino Unido, desbordado por los cadáveres de la fiebre aftosa

El Gobierno británico estudia nuevas medidas para agilizar la destrucción de los animales sacrificados por la aftosa y evitar así la excesiva acumulación de cadáveres que se está produciendo. El ministro de Agricultura, Nick Brown, admitió el viernes pasado que tenía serios problemas para cumplir su objetivo de destrucción de animales sacrificados al ritmo que se había marcado. Las autoridades reconocen que hay más de 400.000 cadáveres de animales que aún no han sido destruidos y que 541.000 cabezas de ganado están en espera de ser sacrificadas.

Entre las propuestas del comité gubernamental para combatir la aftosa destaca la de elevar el número de espacios destinados al enterramiento de cadáveres y los expertos han elaborado una lista con un centenar de lugares aptos para ello. Actualmente se trabaja -también los días festivos de Semana Santa- en la preparación de una gigantesca fosa en Devon (suroeste de Inglaterra) para depositar los restos de unas 430.000 cabezas de ganado. Como medida de emergencia, los ministros se han otorgado facultades especiales para forzar a las autoridades locales a deshacerse de los desechos de animales si fuera necesario. Igualmente, se ha decidido elevar la presencia militar en las comarcas más contagiadas para cooperar con las labores de exterminio.

La vacunación de animales sanos en las zonas más afectadas es otra de las ideas que baraja el Gobierno para erradicar un mal, del que se han detectado 1.289 brotes y que ha supuesto hasta ahora el sacrificio de más de un millón de animales. Los ganaderos critican, sin embargo, la lentitud con la que el Gobierno está implementando el proceso de exterminio de los animales. Asimismo, se quejan de la violencia con la que son sacrificados, después de que se publicara la imagen, grabada con la cámara de vídeo de un ganadero, en la que se veía a un veterinario disparar contra un rebaño de ovejas.