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CRISIS EN LOS MERCADOS

La desconfianza y el temor atenazan a los inversores en Wall Street

La incertidumbre que impera sobre la economía de Estados Unidos no sólo se refleja en los parqués bursátiles. El Conference Board, un servicio de estudios neoyorquino que publica mensualmente una serie de indicadores muy fiables, anunció ayer que su índice global había caído un 0,3% en febrero. Poco después se corrigió a sí mismo y dijo que la caída era en realidad del 0,2% y que coincidía con las previsiones de Wall Street. Finalmente, el Conference Board optó por el trazo grueso y subrayó que, de una forma u otra, aún no podía hablarse de recesión, aunque las perspectivas resultaban oscuras.

El cuadro dibujado por el panel de indicadores mostraba sombras en el mercado de trabajo, en la confianza de los consumidores, en la construcción de nuevas viviendas y, evidentemente, en las bolsas; y alguna luz en el ámbito monetario, tanto en oferta de dinero como en tipos de interés. 'La falta de crecimiento seguirá en los próximos meses', resumió Ken Goldstein, economista del Conference Board.

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Las disquisiciones sobre si esto es o no es recesión parecen ya puramente académicas en las bolsas. 'En cuanto a los beneficios de las empresas, estamos en recesión', dijo Ben Hock, jefe de inversiones de AIM Management. 'La situación es peligrosa, porque una caída tan brusca en el precio de las acciones constituye una deflación de activos y crea problemas de liquidez', explicó Dan Ascani, presidente de la consultora GMSTechstreet.

La guarida del oso

El índice Dow Jones, que agrupa a las 30 mayores empresas industriales y que había resistido con cierta dignidad durante los últimos meses, continuó ayer con su semana negra y entró en la guarida del oso. Al caer un 20% desde su nivel máximo, el Dow Jones convirtió la Bolsa de Nueva York (NYSE) en un mercado oso (bear market), la denominación que califica un mercado bajista y temeroso, en contraposición al confiadísimo mercado toro (bull market) del año pasado. 'Si hace falta una palabra, la palabra es paranoia', afirmó Ned Riley, jefe de inversiones de State Street Global Advisors. 'Todo el mundo vende de forma indiscriminada. La percepción colectiva', agregó, 'es la de que las cosas seguirán empeorando'.

Riley y otros analistas de Wall Street creen que los inversores están llegando a la 'capitulación', es decir, a la venta con pérdidas ante la evidencia de que no hay perspectivas de negocio en un futuro previsible.

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