ETA transportó desde Francia los coches bomba de Roses y Gandia
El 'mosso d'esquadra' de Roses falleció al ser alcanzado por un amortiguador del vehículo
El atentado de Roses es el primero que se produce en Cataluña desde la desarticulación parcial, a mediados de enero, del comando Barcelona de ETA. El escaso tiempo transcurrido entre esa operación policial y la explosión del coche bomba en Roses llevaron al Ministerio del Interior a descartar ayer que la banda terrorista haya reorganizado una estructura estable en Cataluña. Se inclinan por la teoría de que 'dos equipos' de 'al menos tres terroristas' entraron en España por la frontera catalana para colocar los coches y, tras activar el temporizador, volvieron a sus bases en Francia en un tercer coche. La información para falsificar las matrículas, según estas fuentes, 'es antigua y escasa'.
Estas hipótesis están reforzadas, además, por las similitudes entre estos dos últimos atentados. Según fuentes de la investigación, los dos coches bomba contenían un mínimo de 40 kilogramos de explosivo y atravesaron la frontera con la carga preparada, a falta de conectar el mecanismo que lo haría estallar: en ambos casos, un temporizador. Los investigadores sospechan que los coches llegaron a España el mismo sábado, aunque otras fuentes lo creen difícil ante los actuales fuertes controles fronterizos para evitar la llegada de la fiebre aftosa desde Francia.
También en ambos casos el explosivo empleado para preparar los coches es de la marca Titadine. El pasado día 8 un comando de ETA robó 1.600 kilos de ese mismo material en un polvorín de la localidad francesa de Grenoble, en una operación en la que fueron sustraídos también 20.000 detonadores y 10 kilómetros de cordón detonante. Los análisis químicos para confirmar si procede de ese robo o del perpetrado en septiembre de 1999 en Plevìn tardarán unos días en realizarse a causa de la dificultad del estudio al haber quedado completamente destruidos los dos vehículos. De esta forma, los especialistas no podrán analizar muestras del explosivo, sino impregnaciones de piezas metálicos que saltaron por los aires.
A 120 metros de distancia
La muerte del mosso d'esquadra Santos Santamaría Avendaño, de 33 años, el primer agente de este cuerpo que se cobra ETA, se produjo como consecuencia de las heridas sufridas por la explosión del vehículo, situado a 120 metros de donde estaba el agente. Tres policías autonómicos, entre ellos Santamaría, acordonaban la zona más próxima al vehículo, cuando se produjo el estallido y un amortiguador incandescente del coche bomba impactó en su abdomen. El mosso, gravemente herido, falleció en un hospital a los pocos minutos. La metralla también hirió a un policía local de Roses. La explosión arrancó de cuajo el asfalto y provocó un cráter de 50 centímetros de profundidad y 150 centímetros de diámetro, lo que da idea de la potencia de la explosión.
La detonación, anunciada al diario vasco Gara sobre las 22.50, se produjo a las 23.15, siete minutos antes de la hora anunciada. El vehículo que explosionó en Roses era un Ford Escort azul oscuro, matrícula V-4978-FL, que había sido robado en Tarbes (Francia) el 14 de febrero. Su propietario es un vecino de Gandia.
En el caso del coche bomba que explosionaron los artificieros en esta localidad valenciana, los investigadores aseguran que falló el detonador. El anuncio de la colocación del vehículo se realizó justo a medianoche del domingo y la explosión controlada ocurrió a las 4.35, informa Lydia Garrido. Fuentes de la investigación explicaron ayer que el maletero del coche bomba estaba reforzado y que los especialistas de explosivos tuvieron que hacer tres pequeñas explosiones (cebos) para abrirlo. La hipótesis de que junto al coche bomba había otro artefacto dentro de un contenedor para que explotase por simpatía, atrapando a los artificieros, fue descartada anoche por fuentes policiales en Valencia, aunque Interior la sostuvo.
El automóvil que estalló en Gandia era un Peugeot 406 de color blanco, matrícula B-7645-OJ, propiedad de una abogada de Barcelona. Fue sustraído el 6 de febrero, en la localidad francesa de Mont de Marsan, en Las Landas. Tanto en el atentado de Roses como en el de Gandia, los automóviles tenían la matrícula doblada.
El ministro del Interior, Mariano Rajoy, se desplazó ayer a Barcelona para visitar la capilla ardiente del mosso d'esquadra, situada en el cementerio de Collserola. A la salida aseguró que los dos vehículos habían sido colocados por etarras 'llegados especialmente desde Francia', informa Mar Padilla, y que probablemente hubiesen regresado al país vecino poco después de abandonar los vehículos. Rajoy se reunió también con la Delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García Valdecasas, y con varios mandos policiales. Entre ellos el director general de la policía, Juan Cotino, quien anoche cenó en Valencia con su homólogo francés, Roger Marion, invitado a las Fallas.
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