Las bolsas no esperan milagros
Japón se suma a la crisis y pone a Europa en una situación comprometida
La situación económica de Estados Unidos, lejos de despejarse, se vuelve cada día más confusa al cruzarse datos positivos y negativos que siembran dudas sobre la decisión que puedan tomar las autoridades monetarias en su reunión del próximo martes.
La entrada de Japón en fase de deflación, con peticiones expresas a las autoridades monetarias para que recorten los tipos de interés como medida de emergencia, no ha hecho más que empeorar las cosas, hasta el punto de que a estas alturas casi nadie cree que la UE va a quedar fuera de los efectos cruzados de ambas crisis.
Las caídas que han sufrido los mercados de valores a lo largo de esta última semana han sido lo suficientemente importantes como para pensar que un recorte de los tipos de interés sea la solución inmediata. De hecho, casi todo el mundo se prepara en estos días para hacer frente a nuevas caídas en los resultados empresariales como consecuencia del previsible descenso de la actividad.
Europa, según todas las evidencias, no va a quedar fuera de esos movimientos, como muestra la reciente revisión a la baja en las expectativas de crecimiento del PIB de la eurozona para este año, ahora en el 2,9%, frente al 3,2% que se avanzó en octubre. Por si fuera poco, los efectos de la caída del euro y el encarecimiento del petróleo del pasado año todavía se notan con fuerza en el IPC, que ha saltado al 2,6% en el mes de febrero para el conjunto de los países de la eurozona.
Si hace pocos días los inversores y los analistas centraban todas sus esperanzas de recuperación en un nuevo recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, ahora, aunque se sigue contando con ese descenso, nadie cree en los milagros y los adeptos del movimiento en 'uve' de la economía estadounidense -fuerte caída y rápida recuperación- han cedido el terreno a los que esperan un proceso mucho más largo y complicado.
Los planteamientos de los inversores españoles con estas premisas son confusos debido, sobre todo, a la escasez de alternativas que ofrece el tamaño del mercado doméstico. Los valores con alguna posibilidad ofrecen ya subidas espectaculares que hacen muy arriesgada una toma de posiciones.
Los grandes valores, que son los únicos con una liquidez garantizada, están sufriendo en estos días la presión del papel como consecuencia de su exposición al riesgo externo en un entorno cada día más complicado. El anuncio de que 19 bancos japoneses pueden ver revisada su calificación a la baja como consecuencia de los numerosos créditos irrecuperables, puede afectar al conjunto del sistema financiero, porque estas entidades tendrán que retirar fondos de otros mercados para hacer frente a sus problemas domésticos.
El 'efecto contagio', tan típico en los momentos de crisis, impide que el dinero se atreva incluso con los valores refugio tradicionales, algo comprensible cuando uno de los mercados punteros, el Nasdaq ha perdido el 23% en el año.
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