López Murphy anuncia hoy un duro plan de ajuste en Argentina
El ministro reformará la Seguridad Social
La cuadratura del círculo. El ministro argentino de Economía, Ricardo López Murphy, considerado como un pilar de la ortodoxia liberal, encara la titánica empresa de convencer a mercados, políticos y sindicatos de que el plan de ajuste que va a anunciar hoy es la única vía para el crecimiento económico y salir de la recesión en la que se halla sumido el país desde hace 33 meses.
El nuevo ministro se presentará en sociedad, a los 10 días de asumir el cargo, con un paquete de medidas que se prevé altamente conflictivo: recortar el gasto del Estado en 2.000 millones de dólares (unos 362.000 millones de pesetas), a repartir entre el Gobierno federal y las provincias. Todo ello sin recortar salarios ni jubilaciones -salvo las de privilegio-, sin firmar despidos masivos y sin aumentar impuestos. Pocos creen que sea posible.
La tensión política y las expectativas de los últimos días han alimentado toda clase de rumores, que el miércoles por la noche llegaron al extremo de difundir la presunta dimisión de López. La alarma cundió durante unas horas, hasta que el presidente Fernando de la Rúa desmintió el bulo. Su portavoz, Ricardo Ostuni, aludió, por su parte, a una ola de rumores y especulaciones de origen desconocido, 'alimentados por algunos sectores'.
Encerrado con sus asesores en prolongadas reuniones, el ministro de Economía se ha negado a revelar los detalles del plan de ajuste. Quien sí ha hablado para apoyar al ministro ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI). 'El mundo está esperando que Argentina tome las riendas y dé un golpe de timón', declaró en Buenos Aires el jefe de misión Thomas Raichman.
El mutismo oficial no ha impedido que hayan trascendido, a través de distintas fuentes, los ejes del paquete de medidas, que, según todos los indicios, son a corto y a medio plazo. En el área estatal, el Gobierno pretende reducir contratos; fusionar o eliminar ministerios y secretarías; intervenir la administración nacional de la Seguridad Social, por la que pasa más del 40% del presupuesto nacional, para depurar el censo de jubilados y pensionistas; descentralizar y reducir el gasto de la obra social de los jubilados.La reforma de la Seguridad Social, una de las exigencias del FMI, sería aprobada por ley.
Gasto de las provincias
En cuanto al gasto de las provincias, la tijera afectará a los incentivos docentes y a los subsidios al gas y al tabaco, que en su conjunto significarán una disminución superior a 1.000 millones de dólares en las transferencias estatales a las provincias. Una píldora difícil de tragar para los gobernadores, verdaderos caudillos provinciales, a pesar de que el Gobierno asegura que no se alterará el acuerdo firmado en noviembre en materia fiscal por los jefes provinciales y el Gobierno central.
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