Yugoslavia recupera la frontera de Kosovo dos años después de la guerra
Graves tiroteos entre guerrilleros albaneses y la policía en la ciudad macedonia de Tetovo
Ayer, por primera vez desde la retirada hace 21 meses de las fuerzas yugoslavas de Kosovo, el Ejército ha vuelto a la zona de seguridad. Esta vez con el apoyo de sus enemigos de entonces. Y todo cuando faltan menos de tres meses para que se cumplan dos años de la firma del acuerdo de paz de Kumanovo (Macedonia), que supuso el fin de los bombardeos de la OTAN y la retirada de las fuerzas yugoslavas de la provincia serbia, más la creación de un cordón sanitario de cinco kilómetros de ancho, desmilitarizados a lo largo de la provincia serbia administrada por la ONU.
Para provocar esta vuelta han concurrido diversas circustancias. Ante todo, la caída del régimen de Slobodan Milosevic en Belgrado y la instalación de Gobiernos democráticos en Yugoslavia y Serbia, dispuestos a colaborar con los enemigos de antaño. En segundo lugar, la huida hacia adelante de una guerrilla independentista albanesa que parece dispuesta a incendiar la región con una estrategia similar a la aplicada con éxito en Kosovo: primero en el valle de Presevo, en el sur de Serbia, y ahora dentro de Macedonia, donde los albaneses suponen por lo menos un 25% de la población y hasta un 40%, según algunas estimaciones.
Las nuevas autoridades de Belgrado han soportado con paciencia durante más de un año el hostigamiento de la nueva guerrilla albanesa, el Ejército de Liberación de Presevo, Medvedja y Bujanovac (ELPMB), que ha causado unos 40 muertos en atentados terroristas contra policías serbios. El ELPMB se aprovechó del vacío que dejó el acuerdo de Kumanovo, que prohíbe tanto a la Kfor como a las fuerzas yugoslavas entrar en la zona desmilitarizada. La nueva guerrilla se instaló en el valle de Presevo, que se convirtió en una especie de santuario desde donde podían moverse hacia Macedonia.
La paciencia de Belgrado tuvo el reconocimiento de la comunidad internacional. No se aceptó la propuesta serbia de suprimir la zona desmilitarizada, ni su reducción a sólo un kilómetro de ancho, pero se ha permitido que pongan un pie y desplieguen sus tropas en una franja de cinco por cinco kilómetros. Existe en Belgrado el convencimiento de que este gesto no responde a mera generosidad, sino que la Kfor, y sobre todo Estados Unidos, cuyas tropas ocupan la zona de Kosovo vecina al conflictivo valle de Presevo, se benefician con el retorno de los yugoslavos a esa región tapón entre Macedonia, Kosovo y Serbia. Las tropas serbias y yugoslavas cumplirán la función de perros buscaminas para limpiar esa zona y al mismo tiempo servirán para controlar e impedir la libre circulación de guerrilleros albaneses.
La entrada de las fuerzas yugoslavas comenzó a las 5.30 de la mañana de ayer, bajo la vigilancia de Kfor y con observadores de la Unión Europea. Las tropas no pueden llevar armamento pesado ni blindados y deben evitar las aglomeraciones urbanas donde viven en su mayoría los albaneses. Los soldados llevaban metralletas, fusiles de asalto AK-47, los famosos Kaláshnikov. Entró al frente de las tropas el jefe del Estado Mayor del Ejército de Yugoslavia, general Nebojsa Pavkovic, que iba acompañado del general que manda el III Cuerpo, Vladimir Lazarevic.
Los albaneses no parecen dispuestos a tranquilizarse. Ayer, en Tetovo (noroeste de Macedonia), se enfrentaron a tiros con la policía, tras una manifestación de solidaridad con la nueva guerrilla en ese país, que hasta ahora había permanecido al margen de los conflictos en la región. A primera hora de la tarde seguían los tiroteos. Según informaciones de un hospital, nueve policías resultaron heridos. El Ministerio del Interior declaró en Skopje que el tiroteo lo iniciaron unos albaneses rebeldes y la policía respondió al fuego.
También se produjeron incidentes en la conflictiva ciudad de Mitrovica, al norte de Kosovo. Serbios enardecidos protestaban contra la detención de tres compatriotas, acusados de ataques a la policía de la ONU. Los manifestantes sitiaron una comisaría e incendiaron un vehículo policial. La policiá de la ONU replicó con gases lacrimógenos.
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