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La OTAN firma acuerdos con Serbia y la guerrilla albanesa

El general italiano Carlo Cabigiosu, jefe de la tropa internacional de paz para Kosovo (Kfor), y el viceprimer ministro de Serbia, Nebojsa Covic, firmaron ayer en Medare, una localidad situada en el límite administrativo entre Kosovo y Serbia, un acuerdo para permitir la entrada de tropas del Ejército yugoslavo en la zona de seguridad de cinco kilómetros en torno a Kosovo, en el sur de Serbia.

En esa franja de seguridad, fijada por el acuerdo de paz de Kumanovo que puso fin a los bombardeos de la OTAN en junio de 1999, se había enquistado un grupo guerrillero separatista albanés, el llamado Ejército de Liberación de Presevo, Medvedja y Bujanovac (ELPMB). Este grupo, que desde hace meses hostiga a la policía serbia, firmó también ayer un alto el fuego hasta el 19 de marzo con el emisario de la OTAN, Peter Feith.

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Los del ELPMB exigen que las fuerzas serbias retiren el armamento pesado de varios pueblos y no garantizan la seguridad de las fuerzas yugoslavas en la frontera con Macedonia. Con esta salvedad, el ELPMB trata de poner de manifiesto que no tiene relación con la actividad guerrillera de los albaneses en Macedonia; tampoco asumen reponsabilidad alguna para las 'acciones espontáneas de la población local'. Estas salvadades no prometen nada bueno.

Las tornas han cambiado con la caída del régimen de Milosevic. Son los albaneses los que ahora desafían a la comunidad internacional. Sus objetivos separatistas y sus métodos terroristas han perdido legitimidad al emplearlos contra unas autoridades democráticas surgidas de las urnas.

El general Cabigiosu lo formuló ayer de forma clara: 'El objetivo es permitir a los reponsables legítimos ejercer su autoridad en la región'. Estas palabras dejan claro quiénes son las autoridades legítimas a los ojos de la comunidad internacional y sin duda no resultarán gratas para los albaneses, que llaman a la región del valle de Presevo 'Kosovo oriental'.

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Gabigiosu también trató de tranquilizar a los albaneses: 'Hemos exigido que las fuerzas [serbias] no ocupen las casas, no entren en las aldesas, no utilicen vehículos blindados, lanzagranadas o municiones antiblindados'. Por su parte, Covic calificó de 'histórico' el día de ayer y añadió: 'Queremos que la paz reine en la región y puedo asegurar que el Ejército y la policía no traicionarán la confianza de la ONU'. Afirmó Covic que las fuerzas serbias no cometerán abusos contra los derechos humanos y la seguridad ciudadana.

A primera hora de la mañana de ayer abandonó Belgrado, con destino a La Haya, Blagoje Simic, que desempeñó el cargo de alcalde de Bosanski Samac, localidad de Bosnia, durante la guerra y a quien se atribuyen crímenes de guerra. Simic, serbio con ciudadanía yugoslava, es el primer acusado de este grupo nacional que se entrega de forma voluntaria al Tribunal Penal Internacional para los crímenes en la antigua Yugoslavia con sede en La Haya.

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