Enron renuncia a hacer en Tarragona la mayor central eléctrica española
El plan recibió fuertes críticas de los ecologistas
La multinacional norteamericana Enron ha anunciado su decisión de 'reconsiderar la solicitud de permisos para instalar la central de ciclo combinado en Tarragona, a fin de revisar aspectos del proyecto incluyendo su ubicación y su tamaño'. La central de Enron es una de las 31 instalaciones de este tipo proyectadas en España (ver gráfico).
La renuncia de Enron se produjo después que el PP castigara a CiU en el Parlamento de Cataluña -en respuesta a los nacionalistas, que habían votado contra el Plan Hidrológico Nacional-, obligara al Ejecutivo catalán a retirar el Mapa Eólico y desaprobara la ubicación para la central de ciclo combinado de Enron. El Gobierno de la Generalitat desea encontrar ahora un nuevo emplazamiento para la central, que podría ser el puerto de Barcelona si la empresa acepta reducir la capacidad a 800 megavatios.
La central de Enron en Tarragona hubiese contaminado 10 veces más que una instalación similar que construye el grupo en San Diego (California). Mientras que en California la emisión de monóxido de carbono prevista es de dos miligramos por metro cúbico de aire, la de Móra hubiese alcanzado 20 miligramos, según el informe de impacto ambiental aprobado por la Generalitat de Cataluña el pasado 9 de enero. En Estados Unidos, la empresa aplica una tecnología puntera, el Sconox System, cuyos costes hubiesen significado duplicar los 100.000 millones de pesetas de la inversión prevista en Móra.
El anuncio del emplazamiento de Enron en la ribera del Ebro había despertado una gran oposición en la zona, incluida la creación de plataformas ciudadanas contrarias al proyecto. La multinacional manifestó a este diario que los niveles de emisión previstos en la central 'estaban de acuerdo con las especificaciones actuales y futuras más rigurosas, en cumplimiento de los requisitos medioambientales marcados por la Unión Europea'. El documento de impacto medioambiental, que recibió el visto bueno de la Generalitat aplica la directiva europea 1999/30/CE, 'relativa a los valores límite de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, partículas y plomo en el aire ambiente'. El mismo documento especifica que la central de Móra debía limitar las emisiones con arreglo a lo establecido en el reglamento español y aplicar cualquier normativa europea posterior.
La actual normativa europea es mucho menos exigente que la norteamericana en cuestiones medioambientales. En Europa, las emisiones de dióxido y monóxido de carbono son muy elevadas debido al numeroso parque automovilístico y a la importancia del transporte de mercancías por carretera. La UE reconoce que 'no alcanzará los compromisos adquiridos en la cumbre mundial de Kioto (Japón)', según el Libro Verde de la energía difundido por Bruselas el pasado mes de noviembre.
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