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Bruselas se ha quedado sin dinero para las crisis ganaderas

Los jefes de Estado y Gobierno de los 15 países miembros de la Unión Europea podrán tratar, si lo desean, en la cumbre de Estocolmo del próximo 23 de marzo, de las crisis de las vacas locas o de la fiebre aftosa, pero con escaso resultado ya que las arcas de Bruselas que tendrían que hacerse cargo del tema están completamente vacías. Así lo anunció ayer en Madrid el presidente de turno de la UE, el primer ministro sueco, Goran Persson, durante una conferencia conjunta con el presidente del Gobierno, José María Aznar, en la que éste afirmó que el problema de la encefalopatía espongiforme ha sido de alguna manera exagerado por la política.

'No queda dinero en el presupuesto de la UE para el sector agrícola', dijo Perssons, tras expresar muy escasa disposición personal a que en Estocolmo se aborden las crisis ganaderas. 'La Política Agraria Común (PAC) no está en la agenda de la cumbre', añadió el primer ministro sueco, que destacó el proceso de reformas económicas y de creación de empleo abierto el pasado mes de junio en Lisboa como tema central a abordar en Estocolmo.

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Fondos bloqueados

El presupuesto de la PAC para 2001, que es el que tendría que hacer frente a la emergencia ganadera, se agotó a finales del mes pasado y, en principio, no puede ser ampliado dado que los Quince acordaron en marzo de 1999, en el Consejo Europeo celebrado en Berlín, bloquearlo durante cinco años. Pero resulta impensable que ese compromiso pueda ser mantenido ante unas circunstancias excepcionales que ponen en peligro una de las estructuras más básicas de la Unión, como es el mercado común de productos alimentarios.

Si la fiebre aftosa se extendiera a toda Europa, la opinión pública entendería mal que la cumbre de Estocolmo no se ocupara del tema. De ahí que Perssons dejara ayer la puerta abierta a que el asunto sea planteado por alguno de los socios y debatido.

Aznar, por su parte, afirmó que siempre ha considerado a la encefalopatía espongiforme como 'un problema serio y grave', pero añadió que en torno a él se han oído 'demasiadas voces con poco fundamento, que han producido más problemas o más desorientación'.

El presidente aludió a la oposición como origen de este 'excesivo planteamiento exagerado o alarmista' y defendió que 'lo que hace falta es garantizar, desde la seguridad alimentaria, que nada pueda pasar a consumo de las personas'. 'La situación española es de tranquilidad', concluyó Aznar, tras señalar que la UE es el ámbito lógico en el que tratar esta cuestión.

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