Los opositores a las leyes de punto final dicen que la "impunidad mancha las instituciones"

'La impunidad no es algo que se pueda reducir a una época y a un episodio, sino que ha ido envenenando al conjunto de la sociedad argentina', aseguró Verbitsky el pasado sábado a EL PAÍS en Madrid, donde se encontraba asistiendo al I Congreso de Derechos Humanos organizado por la Asociación Argentina Pro Derechos Humanos.

Ante la inminencia del fallo adoptado ayer por el juez federal Gabriel Cavallo, el pasado viernes 658 militares presentaron recursos de habeas data ante la subsecretaría de Derechos Humanos, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y el CELS para conocer si existen denuncias que los involucren en la represión ilegal de la dictadura que gobernó el país hace dos décadas.

Verbitsky consideró 'un gesto involuntario de homenaje a las organizaciones de la sociedad civil' la decisión de los cerca de 700 oficiales del Ejército en activo de recurrir a los organismos de derechos humanos. El director del CELS destacó que es la primera vez que 'las Fuerzas Armadas se subordinan explícitamente al poder político y a las organizaciones de la sociedad civil, en la búsqueda de certificados de inocencia que la Justicia no puede emitir porque está maniatada por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida'.

'Es un gesto de desesperación, de impotencia, un gesto involuntario de homenaje a las organizaciones de la sociedad civil que resistieron a la dictadura, que investigaron sus crímenes, que no se resignaron a las leyes de impunidad, que han seguido reclamando no sólo la verdad, sino también la justicia. El general Brinzoni hace un homenaje involuntario a este sector de la sociedad y nosotros lo apreciamos como tal', dijo Verbitsky.

En su opinión, 'el general Brinzoni [actual jefe del Ejército y presunto colaborador o cómplice de la masacre de Margarita Belén, en la que en diciembre de 1976 desaparecieron tras ser torturados entre 13 y 21 presos políticos] intenta, al pedir el habeas data, crear un bloque con las jóvenes generaciones militares que nada tienen que ver con ese pasado siniestro. Se escuda tras ellos porque él sí tiene cosas que ocultar'. En 1984, cuando el presidente Alfonsín comenzó los juicios, el 90% de los que colaboraron en la guerra sucia seguían en activo y sólo el 10% había pasado al retiro. 'Hoy, la proporción es inversa', manifestó Verbitsky, 'el 90% están retirados y apenas el 10% de los activos pudo haber tenido algo que ver'.

El habeas data fue incorporado a la Constitución argentina en la reforma de 1994, en el artículo 43. Por esa norma, toda persona puede interponer una acción judicial de amparo 'para conocer los datos a ella referidos y que consten en registros de datos públicos o privados destinados a proveer informes'.