El Gobierno cuenta con 40.073 millones extras de la recaudación que no necesitan fiscalización parlamentaria

Para el Gobierno vasco, el exceso de recaudación no significa que haya más dinero en la caja. Según su tesis, ese dinero ya está gastado. Sólo en parte tiene razón. La última reunión del Consejo Vasco de Finanzas, el pasado mes de febrero, dio un vuelco total a las previsiones de recaudación en Euskadi establecidas por el propo Consejo en octubre de 2000. Todos recaudaron más y en especial, Vizcaya. De esta situación el mayor beneficiario es el Gobierno, al que, gracias al sistema de reparto que establece la ley de Aportaciones, le tocaron en gracia 40.073 millones de pesetas. Vizcaya cuenta con un remanente de 5.222 millones de pesetas, Álava se queda igual y Guipúzcoa se ve obligada a acudir al fondo de solidaridad.

La ley Presupuestaria establece que toda la recaudación de un año, sea mayor o menor de lo calculado, se asigana al presupuesto del año al que corresponda. Así, en el caso del Gobierno, al último presupuesto aprobado por el Parlamento, el de 2000, que se sacó adelante gracias al pacto que mantenían PNV, EA y EH. Fuentes del Ejecutivo vasco recuerdan que aquellas cuentas aprobadas en 1999 presentaban una cifra de salida de 826.000 millones de pesetas y que la de cierre va a ser muy superior.

Las únicas limitaciones que establece la ley al gasto de este remanente recaudatorio son que se dedique a cuestiones ya autorizadas por el presupuesto. Si en algún momento se quieren destinar a otras cuestiones, necesitarán la autorización especial del Parlamento. El Gobierno no quiere decir cómo y dónde ha gastado esta paga extra. Su argumento es que la primera comunicación debe hacerse al Parlamento. En cualquier caso, el aguinaldo le sirve para cubrir excesos, como el gasto en farmacia.

Al contrario que el Ejecutivo, la otra institución con dinero extra, Vizcaya, sí quiere destinarlo a gastos no consignados en el último presupuesto, en concreto a infraestructuras viarias. De esta forma, si no quiere que el dinero se quede sin gastar, se precisa un pacto en las Juntas Generales de este territorio, ya que los nacionalistas no cuentan con mayoría.