Los indígenas discrepan sobre la solidaridad de intelectuales y extranjeros

La solidaridad de intelectuales y universitarios mexicanos, y de observadores extranjeros, satisface al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pero otros delegados del III Congreso Nacional Indígena (CNI), que ayer refrendó el proyecto de ley sobre derechos y culturas indígenas redactado en 1996, la perciben en muchos casos como insuficiente o frívola. El presidente, Vicente Fox, por su parte, invitó al subcomandante Marcos a sumarse al debate sobre la reforma del Estado.

'Seguimos jodidos con tanto apoyo que tenemos de los universitarios y de los extranjeros. Esos eventos son nada más que para que ellos vengan a divertirse. No les creo', manifestó Ernesto Gildardo, maestro rural del municipio de Tzintzuntzán. '¿Vienen a apoyar? Deberían incluirse en el trabajo de organización. Esto es un evento de los indígenas y, aunque es abierto, los mestizos no saben cómo comportarse'. Según Gildardo, 'muchos de ellos, igual que los extranjeros, sólo tienen la intención de ver cómo se organizan los indios, como nos llaman. Vienen a curiosear, a ver qué hacemos, cómo nos vestimos y a filmar películas como turistas'.

Los zapatistas, mientras tanto, prosiguieron su marcha hacia el Congreso con discursos que niegan sinceridad al Gobierno, y convocando a sumarse a la concentración del día 11 en El Zócalo, la principal plaza de la capital federal. Delegados del EZLN y de la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA), integrada por los principales partidos, continuaron sus contactos para evitar que la presencia de Marcos en Ciudad de México concluya en un diálogo de sordos.

Italianos, franceses, españoles, latinoamericanos o norteamericanos acudieron también al congreso de Nurio (Michoacán), que contó asimismo con una numerosa asistencia del radicalismo estudiantil mexicano, y de reconocidos intelectuales. Las críticas al simpatizante de boquilla fueron compartidas por delegados de Michoacán, Querétaro, Chiapas, Oaxaca o Veracruz, domicilio de buena parte de los 10 millones de indígenas mexicanos agrupados en 57 etnias. El mixteco Conrado Martínez pidió más activismo práctico, más abogados, ingenieros o biólogos comprometidos sobre el terreno con el desarrollo de las comunidades pobres.