El 'topo' en el FBI alertó a Rusia del túnel construido bajo su Embajada
Situada en lo alto de una colina de la ciudad de Washington llamada Mount Alto, en Wisconsin Avenue, la que fue Embajada de la Unión Soviética y ahora lo es de la Federación Rusa comenzó a ser construida en los años setenta y sólo fue ultimada y ocupada por completo en los noventa. Descubrir sus secretos fue lógica obsesión estadounidense en la fase final de la guerra fría, y muy probablemente siga siéndolo ahora. En Washington, la capital mundial del espionaje, no hay conversación segura ni edificio blindado.
En los años ochenta, el espionaje estadounidense concibió un ingenioso plan para poder interceptar las conversaciones de los diplomáticos, funcionarios y agentes de Moscú que trabajaban en la Embajada. Se trataba de cavar un túnel que arrancara desde el exterior de la sede diplomática y la atravesara a gran profundidad. Desde allí, pensaron los cerebros del plan, sería más fácil interceptar las conversaciones de los rusos y sus comunicaciones con Moscú. El FBI, el organismo que en EE UU se encarga del contraespionaje, y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), un poderoso y muy secreto departamento especializado en todo lo relacionado con comunicaciones, pusieron manos a la obra conjuntamente.
Pero Hanssen, que comenzó voluntariamente a trabajar como topo ruso en el FBI en 1985, les contó a sus nuevos patrones este plan, según han informado fuentes de los servicios de inteligencia estadounidenses al diario The New York Times. La operación, que ya estaba en marcha y cuyo presupuesto ascendía a varios cientos de millones de dólares, tuvo que ser abortada.
En los años ochenta, estadounidenses y soviéticos sostuvieron una dura guerra de espionaje, diplomacia y relaciones públicas en torno a sus embajadas respectivas en Moscú y Washington. Pero hasta ayer no se había difundido jamás la historia del proyecto norteamericano para excavar una galería bajo el suelo del gran complejo diplomático ruso de Wisconsin Avenue. En el acta de acusación oficial presentada contra Hanssen hay una primera alusión a este asunto. Hanssen, según ese documento, 'comprometió todo un programa técnico de gran valor, costo e importancia para el Gobierno de Estados Unidos'. Según el diario neoyorquino, es una referencia clara al túnel de la Embajada.
Al conocer que Moscú había descubierto este proyecto, Washington redobló los esfuerzos para identificar topos rusos en sus servicios de espionaje. En 1994 cayó el primero de importancia: Aldrich Ames, un alto funcionario de la CIA. Pero esta captura no explicó la filtración del proyecto del túnel, por lo que la búsqueda de agentes dobles fue intensificada. Hanssen, que jamás facilitó su identidad a los rusos ni se entrevistó personalmente con ellos, terminó siendo descubierto porque los norteamericanos se hicieron el pasado año con el dossier de Moscú sobre su topo en el FBI.
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