Hacienda estudia reducir los pleitos con los contribuyentes mediante un arbitraje
La creación de una comisión de arbitraje es una propuesta del grupo de expertos que nombró Hacienda para elaborar un primer documento de bases sobre la reforma de la Ley General Tributaria. Esta ley data del año 1963 y, aunque la última modificación se produjo en el año 1995, aún mantiene preceptos como el permiso marital para las mujeres casadas.
Así lo contó ayer en el Congreso el secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna, quien recogió la idea del arbitraje como fórmula para reducir la conflictividad con los contribuyentes y garantizar que las deudas se cobran más rápidamente. Esa comisión de arbitraje cumpliría un papel similar al de los actos de conciliación en materia laboral y permitiría dar salida, sobre todo, a disputas de menor cuantía.
Aunque en el ámbito laboral el arbitraje es ejercido por inspectores de Trabajo, ya que se trata de dirimir conflictos entre empresarios y trabajadores, en los asuntos fiscales el problema es establecer quién podría ejercer esa función, ya que Hacienda no debería ser juez y parte.
El arbitraje se produciría después de que el contribuyente hubiese firmado en disconformidad el acta que le levanta el inspector por fraude fiscal y como paso disuasorio a la presentación de un recurso. Pero el contribuyente tiene también la opción de firmar el acta en conformidad, lo que supone aceptar la deuda y pagar una sanción del 35% más el interés de demora.
También está en estudio la posibilidad de que se rebaje esa sanción o que se elimine, aunque la comisión de expertos no se ha puesto de acuerdo al respecto, ni Hacienda tiene aún las ideas claras. El problema es que si no se penaliza a quien defrauda y es descubierto por la inspección, se incentivarían estas conductas.
Recaudación
Además de la nueva Ley General Tributaria, Hacienda prepara una reforma del impuesto de sociedades, con la intención de que ambas normas se debatan en el Parlamento durante el actual periodo de sesiones. Giménez-Reyna dejó abierta la posibilidad de que la reforma se centre en una rebaja del impuesto que pagan las empresas sobre sus beneficios (ahora, el 35%) o se tienda sobre todo a modificar las deducciones, los sistemas especiales (como la trasparencia fiscal) y la relación con el IRPF (doble imposición de dividendos).
El secretario de Estado de Hacienda presentó también los resultados de la recaudación de impuestos el pasado año. Los ingresos ascendieron a 17,15 billones de pesetas, 511.500 millones más de lo presupuestado y un 8,3% por encima del año anterior. Durante el pasado año, el IRPF recaudó 5,34 billones, 105.000 millones más de lo que se presupuestó y un 4,6% sobre la cifra de 1999. Por plusvalías, la recaudación ascendió el pasado año a 350.000 millones.
En el impuesto de sociedades, las empresas que declararon beneficios aumentó un 17% y la cifra de ventas se elevó en torno al 14%. Este impuesto dio unos ingresos de 2,86 billones, casi 300.000 más de lo presupuestado y un 17,6% sobre el año anterior. En el IVA, el aumento ha sido del 8,6%, hasta 5,55 billones, aunque se han recaudado casi 100.000 millones menos de lo previsto.
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