'La Generalitat se está replanteando el concurso del operador de cable al-pi'

Carles Martín lleva las riendas de la Secretaría para la Sociedad de la Información de la Generalitat, una entidad en la que se cruza la acción política de los distintos departamentos del Gobierno catalán para impulsar la sociedad y la economía digitales. 'Es como hacer de Pepito grillo, instar a otros a que hagan cosas', así define Martín su papel.

Pregunta. El presupuesto de la secretaría es simbólico. No está al nivel de los retos.

Respuesta. A todos nos gustaría tener más presupuesto. Directamente, son nuestros 2.500 millones de pesetas. De ellos, 1.000 se van al programa Argo, es decir, a equipar y conectar las escuelas. El 60% se destina a máquinas nuevas y otra parte a programas y contenidos. Pero las funciones de la secretaría es recordar las acciones que tiene que hacer cada departamento. Un ejemplo: de los 3.000 millones de la Administración abierta, nuestros no son más que 150 millones.

'No es necesaria la inversión pública para el cable. Pero puede serlo para la televisión o la telefonía móvil'

P. ¿Qué asignaturas pendientes le preocupan más?

R. Sin duda, la formación y la información de la gente. No basta con tener un ordenador. Los empresarios deben saber que la sociedad de la información puede dejarles fuera del mercado. Los profesores, que los alumnos pueden tener más información que ellos. Los ayuntamientos, para qué necesitan la fibra óptica, y los usuarios, para qué pueden necesitar un acceso a Internet a gran velocidad. Ya sabemos que los chicos de menos de 20 años ya están familiarizados, aunque se ha hecho un gran esfuerzo para conectar las escuelas y facilitar hardware. Pero los demás, no.

P. ¿En qué contribuirá la Generalitat a este cambio?

R. Es vital la puesta en marcha de la Administración abierta como elemento para hacer que la gente use la red. Si la Administración actúa con fuerza, podemos llegar al 50% de utilización de Internet en dos o tres años. Si no, no pasaremos del 35%. La Administración abierta es un proyecto global de toda la Generalitat y también queremos que sea un proyecto global de todas las administraciones locales y del Estado para que cualquier trámite pueda llevarse a cabo a través de la red. A la larga tendremos que incentivar que hacerlo por la red sea más barato y rápido.

P. ¿Cuándo estará lista y cuánto costará?

R. Es un proyecto muy complicado y ambicioso. En marzo esperamos tener un calendario para funcionar. Queremos establecer 8 o 10 hechos vitales como la educación de los hijos, su bienestar, la creación de una industria u otras cuestiones básicas para una persona sin que ésta tenga que ir con los papeles arriba y abajo. El gasto será este año de 3.000 millones de pesetas. El coste del proyecto global aún no puede decirse. La idea es que la parte básica esté lista en el año 2003, pero algunas cosas ya están a punto, como que todos los formularios estén disponibles a través de la red.

P. No ha comentado entre sus preocupaciones las infraestructuras de telecomunicaciones.

R. Se dice que tenemos que actuar, pero las concesiones son del Estado. Además, no quiero meterme con Menta, pero no está haciendo las cosas a la velocidad que debería. En las estadísticas del año pasado aparecía que tenía cableados 300.000 hogares, pero sólo 10.000 clientes. Esto no es normal. Retecal, por ejemplo, tiene 300.000 hogares cableados y 80.000 clientes, y hablamos de Castilla y León. Yo me planteo si la parte comercial de Menta funciona.

P. ¿Qué haría la Generalitat si el Gobierno suavizara las obligaciones de Menta?

R. Las eléctricas no me dan pena. No estamos hablando de Menta, sino de sus accionistas. Iríamos en contra de una suavización. Habría que ver si legalmente podemos ir en contra de un cambio de las condiciones de la concesión.

P. ¿Ni el Ministerio de Ciencia y Tecnología ni la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones responden a su petición de aclaraciones?

R. No. Por la forma en que el ministerio está reaccionando, dando largas, intentando trampear, alguna cosa cambiará en las condiciones.

P. ¿Cree que la opción de Telefónica con la tecnología ADSL se ajusta a las obligaciones que asumió?

R. En Inglaterra se están dando servicios de televisión video-on-demand vía ADSL. Tecnológicamente es posible. Para mí no es tan importante la fibra óptica en sí como doblar la infraestructura que tenemos. Por esto es importante que Menta siga adelante.

P. Siempre ha dicho que la inversión pública no era prioritaria para el cable. ¿Piensa igual?

R. Ningún país de Europa lo ha hecho, y no veo peligro de una fractura social digital. Estaría muy bien que en todas partes hubiera cable, siempre que lo asociáramos a tener un servicio. Pero si alguien quiere conectarse a Internet en Cataluña, puede hacerlo.

P. ¡Estamos hablando de la banda ancha!

R. Mejor o peor, mientras se tengan un teléfono y un módem es posible conectarse a Internet, y las empresas tienen muchas posibilidades tecnológicas para tener comunicaciones de banda ancha. Hay que potenciar que el cable llegue a todas partes. Pero si no llega, no podemos darle la espalda a otras tecnologías como el ADSL. No es necesaria la inversión pública, aunque si queremos ir más rápidamente sí será necesaria.

P. ¿En qué quedamos?

R. Cuando visitamos las comarcas, vemos que lo más importante, más que Internet, es que tengan telefonía normal, o que puedan ver la televisión, o que puedan tener cobertura de móvil. Ahí sí que haremos algún tipo de inversión pública. Estamos efectuando un estudio comarca por comarca para ver cuáles son sus necesidades de telecomunicaciones y de sociedad de la información, así como los operadores que hay. Algo que con seguridad haremos son telecentros en las zonas con más riesgos de quedar retrasadas, para facilitar el uso de las nuevas tecnologías como herramientas de trabajo.

P. ¿Tiene sentido que el dinero obtenido por la privatización de empresas de telecomunicaciones como Tradia o al-pi vayan a la televisión pública?

R. El dinero es siempre verde. Si hay una deuda de la CCRTV, pues bien. El dinero sale siempre de la misma caja.

P. La privatizada al-pi ya ha dicho que no conectará este año las capitales de comarca. ¿No hará nada la Generalitat ante este incumplimiento?

R. Los compromisos hay que cumplirlos. Si alguien no los cumple, puede que le tiremos de las orejas muy fuertemente.

P. ¿Qué quiere decir?

R. Tirar de las orejas puede ser que, al no cumplir los plazos previstos, se diga: replanteemos el concurso que se hizo en su día. Al-pi tenía el tráfico de toda la Generalitat . Tal vez haya que replantearse este concurso. Puede darse todo o una parte del tráfico a otro operador. Ya estamos trabajando en ello.