Los Quince suscriben un tratado que aplaza los problemas al 2004
Los cambios más importantes recogidos en el Tratado de Niza son los siguientes:
Más poder para Alemania. El canciller alemán, Gerhard Schröder, fue el gran triunfador en Niza, al romper por primera vez desde que se creó la Unión el equilibrio de poder entre los dos países más grandes, Francia y Alemania. Los dos seguirán teniendo tras la ampliación el mismo número de votos (29) en las votaciones del Consejo de Ministros de la UE, pero sólo Berlín podrá bloquear cualquier decisión con el apoyo de sólo dos países.
La cultura del veto. No desapareció tras Niza, donde se acordó que unos 29 asuntos pasarán a ser aprobados por mayoría en lugar de por unanimidad, pero aún queda una veintena, precisamente los más sensibles para cada país, que mostraron una gran resistencia a perder parcelas de soberanía.
El peso de los grandes. Los grandes países han visto multiplicar casi por tres el número de votos que tendrán en el Consejo (de 10 a 29 en el caso de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido). Los demás lo multiplicaron por una media de 2,3, por lo que será menor el desequibrio entre votos y población. España (que tendrá 27 frente a los 8 de ahora) resultó ampliamente beneficiada en este terreno, en compensación por la futura pérdida de un comisario.
Una Comisión ampliada. Frente a las tesis de los grandes, la futura Comisión será muy amplia. Los cinco grandes países perderán su segundo comisario a partir de 2005 para hacer sitio a los nuevos Estados miembros.
El caso de España. Pese a resultar tan beneficiada en el reparto de votos, el Gobierno español no logró su objetivo de tener el mismo peso específico (minoría de bloqueo) que Italia, Reino Unido o Francia.
Votación compleja. El sistema de votación en el Consejo fijado en Niza es muy complejo y ha sido duramente criticado. Hoy sólo existe la vía de sumar votos (27 sobre un total de 87) para bloquear decisiones. Con el nuevo tratado habrá otros dos caminos de bloqueo: los votos que representen un 38% de habitantes de la UE y la mitad de Estados más uno.
El Parlamento. Tendrá 732 escaños, pese a que el Tratado de Ámsterdam fijó un límite máximo de 700. La Eurocámara es muy crítica con Niza: quería acabar con la cultura del veto, participar más en la toma de decisiones e incluir la Carta de Derechos en el Tratado.
Europa a varias velocidades. Niza consagró la posibilidad de que los países que lo deseen se agrupen para avanzar más rápido que los demás en áreas concretas.
Pero si éstos fueron los puntos indispensables que harán posible la ampliación, seguramente son más importantes los cuatro capítulos que, a iniciativa de Alemania e Italia, los Quince se comprometieron en Niza a aprobarlos en 2004.
Reparto de competencias. Los líderes europeos deberán pactar en ese año el reparto de competencias entre las instituciones europeas y los Estados. Los Estados podrán hacer lo propio con las regiones.
Carta de Derechos. Niza se limitó a proclamar este compendio de valores y principios del ciudadano europeo. En 2004 se pactará qué clase de encaje jurídico debe tener.
Simplificación. Los tratados y textos legales de la UE deberán ser simplificados, en un proceso semiconstituyente.
Parlamentos nacionales. Los Quince deberán pactar la fórmula para aclarar el papel de los Parlamentos nacionales en la Unión.
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