Las bombas de EE UU sobre Bagdad no alcanzaron sus objetivos
La noticia hace presagiar una repetición de esa operación militar, la primera de cierta envergadura de la presidencia de George W. Bush. El Washington de Bush, apoyado con entusiasmo por el Londres de Tony Blair, aseguró que se trató de 'un acto de autodefensa', puesto que los radares iraquíes en esos centros son 'capaces de detectar' los movimientos de los aviones anglosajones en la zona meridional de exclusión aérea. Esa lectura fue criticada por Moscú, Pekín y París.
La confesión del fracaso, tardía, anónima y a un medio de comunicación escrito, contrasta con la propaganda, en vivo y en directo en la CNN y otras cadenas televisivas de información continua, que el Pentágono dio al ataque de la pasada semana. Con gran desparpajo, el general Gregory Newbold, jefe de operaciones del Estado Mayor, aseguró que 'todos los blancos fueron alcanzados y destruidos'. Esta táctica de inmediata intoxicación fue adoptada con éxito por el Pentágono durante la guerra del Golfo de 1991. Es el fruto de una reflexión de los militares norteamericanos sobre su derrota propagandística en la guerra de Vietnam.
Utilizando la sed de información instantánea de los medios de comunicación electrónicos, el Pentágono aplica la política de atribuirse de inmediato victorias 'totales' y 'limpias', acompañándolas de vídeos, mapas y gráficos prefabricados. Newbold afirmó que el primer ataque a Bagdad de Bush fue 'un éxito total' y que no provocó víctimas civiles, porque el Pentágono comprobó previamente que en los búnkeres sólo había militares. Pero Irak ofreció imágenes de civiles muertos y heridos en el ataque. Y ayer se supo que de los 25 lugares concretos sobre los que fueron arrojados proyectiles sólo ocho resultaron ligeramente dañados.
El aliado yugoslavo
[Este pobre resultado se produjo a pesar de la ayuda que Washington obtuvo de Belgrado. Según informa el diario británico The Independent, el Gobierno de Vojislav Kostunica entregó a EE UU detalles del sistema de radar de fibra óptica que su país facilitó a Irak durante el régimen de Milosevic. Esta tecnología, instalada por técnicos chinos, permitió a Sadam Husein mejorar significativamente sus defensas antiaéreas y amenazar a los aviones estadounidenses y británicos, que de forma unilateral mantienen dos zonas de exclusión aérea al norte y al sur de Irak. El Gobierno yugoslavo desmintió ayer al embajador iraquí en Belgrado que hubiese pasado esa información a EE UU.
Precisamente ayer, las patrullas angloamericanas volvieron a efectuar un ataque, en esta ocasión contra una instalación de comunicaciones cercana a Mosul, al norte del país, informa Reuters. De acuerdo con el el Ejército norteamericano, el ataque respondió al fuego antiaéreo de los iraquíes que previamente habían señalado a los aviones en el radar. Moscú se apresuró a condenar esta operación que calificó de 'nuevo desafío de Washington'.]
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.