Las víctimas del 'caso Maeso' piden información e indemnizaciones
Las víctimas del caso Maeso, que presuntamente contrajeron el virus de la hepatitis C en la clínica Casa de Salud y el hospital La Fe de Valencia por contagio del anestesista Juan Maeso, demandan más información sobre la evolución de cada paciente y sobre el proceso judicial que se abrió hace tres años, al tiempo que reclaman indemnizaciones para sufragar los 'numerosos gastos' originados. Según explicó ayer a Efe la presidenta de la Asociación de Enfermos de Hepatitis C, Amparo González, muchos de los afectados han tenido que dejar sus trabajos y otros han tenido que acudir a psicólogos y a psiquiatras, además de pagar elevadas cuantías a los letrados que les representan en el proceso judicial.
Durante este tiempo, ninguno de estos enfermos ha recibido ayudas de la Administración para costear estos gastos y nadie se ha entrevistado con ellos 'para conocer cuánto dinero se han gastado' o para interesarse por el estado de salud y anímico de estos, denunció González. Las víctimas del caso Maeso tampoco disponen de información sobre el estado de su enfermedad, ya que cuando la solicitan 'les contestan que la tiene el juez y que es secreto de sumario', agregó. El colectivo remitió ayer al consejero de Sanidad, Serafín Castellano, una solicitud para que se reuna un comité de enfermos y se les explique la evolución de cada caso y la situación del proceso judicial.
La presidenta del colectivo aclaró que por ahora, el proceso judicial ha permitido detectar que existen entre sesenta y noventa personas que podrían haber sido infectadas por el anestesista Juan Maeso. En la actualidad, matizó González, sólo permanecen en el proceso judicial 'los que tienen la enfermedad muy arraigada', mientras que 'a otros, que tienen el virus, pero más débil, los han sacado'. Asimismo, criticó que la hepatitis C no sea considerada como otras enfermedades en los tribunales médicos y que, si no se tiene depresión u otra patología añadida, a los afectados no se les conceda la baja laboral, aunque hayan tenido que dejar sus puestos de trabajo e incluso negocios propios.
Depresión y verguenza
Además, después del 'calvario del tratamiento al que se someten', si no mejoran, 'los afectados se deprimen' y 'se avergüenzan' de una enfermedad que no ha sido causada por ellos, sino por haber ido al hospital, recalcó. 'Ni los enfermos, ni las familias tienen la vida que tenían antes de ser infectados', insistió González, quien detalló que muchos necesitan ayuda de otras personas para poder moverse y hacer las labores de la casa.
En octubre del año pasado, un auto del juez que instruye el sumario sobre el caso excluyó 55 expedientes del total que se consideraban contagiados por el anestesista. De ellos, 18 afectados no tenían entonces suficiente carga vírica en su ADN que demostrara un contagio causado supuestamente por el anestesista Juan Maeso. Los otros 37 habían sido excluidos a tenor del informe de los especialistas en genética, quienes consideran del todo imposible una relación del contagio con el médico procesado.
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