El impulso oficial a las nuevas tecnologías olvida las empresas valencianas
El diagnóstico del Alto Consejo Consultivo de Presidencia sobre el subsistema valenciano de I+D relacionado con las nuevas tecnologías no deja lugar a dudas respecto a la 'debilidad' de la industria valenciana en las vertientes de producción de equipamiento informático (hardware), programas (software) y servicios asociados, cuatro años después de la puesta en marcha del ambicioso proyecto del Gobierno Zaplana denominado Sociedad de la Información. Al contrario, 'el sector empresarial relacionado con las TIC en la Comunidad pierde progresivamente peso en relación con la economía valenciana y el con el sector TIC nacional', según las conclusiones recogidas en el Informe 2000 del Alto Consejo, aprobado a finales del año pasado y que se acaba de hacer público.
El diagnóstico rompe, pues, con el mito que ha tratado de vender el Consell acerca de que la Comunidad es la California de España y alerta sobre el riesgo y las consecuencias que a medio plazo conlleva la política puesta en marcha por los populares en este sector basada en 'la ausencia de programas de apoyo de I+D orientados a mejorar la capacidad tecnológica de las TIC valencianas' y 'demasiado centrada en el sistema público'.
El resultado de estas políticas es, cuanto menos, preocupante: 'Las diferentes magnitudes del sector TIC empresarial valenciano le confieren una estructura más débil que la que presentan a nivel nacional'. Traducido en cifras, el Informe puntualiza que 'la facturación de las empresas TIC valencianas en 1998 sólo supuso el 1% del sector a nivel nacional'. En lo que a empleo se refiere la situación no mejora: 'En la Comunidad, sólo se contabiliza el 1,3% de los empleos que el sector absorbe en España', ya que las grandes empresas del sector han fijado su sede en Madrid (factura el 84%) y en Barcelona (10%). 'La Comunidad se sitúa en cuarto nivel acompañada de Andalucía y Aragón'.
Repartir el 'pastel'
El diagnóstico también es demoledor en cuanto a 'la escasa presencia del empresariado valenciano entre las empresas que están procediendo a la implantación de las nuevas redes y servicios'. En la práctica, el Informe no silencia el malestar latente entre la iniciativa privada valenciana por el hecho de que hasta la fecha básicamente dos empresas -la privada ONO y la pública OVSI (Organismo Valenciano para la Sociedad de la Información, que a través de IBM y Tissat desarrolló Infoville, Infocole e Infocampus)- sean las que se han repartido el pastel de las telecomunicaciones.
La misma impresión negativa aparece respecto a 'la constatación de la elevada concetración de recursos en tres consejerías'. Las tres consejerías que han sido principales beneficiarias de los fondos estructurales y las partidas de I+D de la Administración autonómica son Industria, Agricultura y Educación, que han concentrado 'el 70% del gasto público' en investigación y desarrollo. Ante la inminente 'actualización' del plan director de Telecomunicaciones, el consejo recomienda que 'el proyecto de la Sociedad de la Información sirva como vehículo de modernización del tejido socioeconómico' y 'propicie un desarrollo coherente y armónico de las telecomunicaciones que hoy está todavía lejos de producirse'. Como ejemplo, menciona que 'iniciativas del tipo de Infoville deben involucrar a diferentes actores del subsistema para que sirvan de efecto impulsor del sector de las telecomunicaciones en la Comunidad Valenciana'.
En definitiva, urge a 'favorecer la creación de un tejido empresarial propio de TIC'. Un objetivo que no será posible sin 'mejorar el acceso a la información y el asesoramiento' de las pymes y sin una 'autoridad autonómica' que coordine todas las acciones del Plantel en el sector de las telecomunicaciones.
Cantera de ingenieros sin empleo
Las dispersión de políticas y la descoordinación entre el sector público y el privado en el último quinqueniohace que el 'sector universitario siga siendo el principal ejecutor del gasto en I+D'. Este potencial científico, superior a la media española, paradójicamente no halla su correlato en el empleo. El director del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia, Gregorio Martin, afirma que 'la Comunidad Valenciana produce el 10% de los ingenieros en telecomunicaciones del país, pero sólo emplea al 1,3%'. Esto significa, que 'nuestros ingenieros acaba colocándose en Madrid y Barcelona'. Lo mismo respecto a los contratos de I+D: en 1999 las universidades valencianas sucribieron 1.200 convenios, de los cuales el 50% fueron con Administraciones públicas, más del 30% con empresas nacionales y sólo un reducido porcentaje con empresas valencianas.
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