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Rusia dispara tres misiles de prueba en desafío al proyecto de EE UU de escudo nuclear

El general Leonid Ivashov, jefe del Directorio Principal de Colaboración Militar Internacional del Ministerio de Defensa, reiteró ayer que ese sistema de defensa contra misiles 'estará orientado, ante todo, contra Rusia y China, y no contra los llamados Estados irresponsables'. Al mismo tiempo, el general calificó de 'estupidez' las afirmaciones de que esos países representan una amenaza real para Estados Unidos. Ellos 'no cuentan con las posibilidades financieras ni con el potencial científico-técnico necesarios para crear las armas estratégicas que tienen Rusia y EE UU', dijo.

El lanzamiento del primer misil balístico intercontinental ruso fue realizado a las 11.28 de la mañana, hora peninsular española, desde un submarino de la Flota del Norte que se encontraba sumergido en el mar de Bárents y, según informó el portavoz de la Marina, Ígor Digalo, 'dio en el blanco prefijado' en la península de Kamchatka, al otro extremo del país, después de recorrer más de 6.000 kilómetros en media hora. El segundo fue realizado 15 minutos más tarde desde el nórdico cosmódromo de Plesetsk, ubicado en la provincia de Arjánguelsk y también dio en el blanco en el polígono de Kura, en Kamchatka. Se trataba de un Tópol-12M (SS-25, en la clasificación de la OTAN).

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El tercero fue disparado horas después desde un bombardero estratégico Tu-25. Las Fuerzas Aéreas rusas anunciaron que, además, se dispararon dos misiles tácticos aire-tierra desde un bombardero Tu-22 y aseguraron que todos los misiles 'dieron en el blanco en un polígono de tiro en el sur de Rusia'.

Valeri Manílov, vicejefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, afirmó que los exitosos lanzamientos de misiles realizados ayer 'muestran que las fuerzas estratégicas tienen la capacidad de perforar cualquier sistema de defensa antimisil, tanto las que ya existen como la que se pueden crear próximamente'. 'Esto es una prueba más de que el potencial intelectual, científico-técnico, industrial, militar y simplemente humano de Rusia es tan grande que a nadie se le permitirá subestimarlo. Y si es necesario, este potencial será realizado en un ciento por ciento para garantizar la seguridad nacional del país', agregó el general.

Para crear la NMD, Washington deberá conseguir que Moscú acepte una modificación del tratado de misiles antibalísticos (ABM) de 1972 -cosa a la que el Kremlin de momento se niega- o simplemente denunciarlo. Rusia considera que el ABM es la piedra angular de la disuasión nuclear. En efecto, ese tratado limita las defensas antimisiles con el fin de que ninguno pueda crear un sistema eficaz que permita destruir todos los cohetes lanzados por el enemigo en un hipotético ataque. Esto hace que ninguna de las partes se atreva a atacar, ya que sabe que el adversario alcanzará a responder con misiles contra los que no tiene defensa real. El peligro del escudo nuclear que EE UU desea desplegar es que puede dar una sensación de impunidad, hacerle creer que su ataque será exitoso mientras que tendrá los medios suficientes para neutralizar la respuesta del adversario.

Carrera armamentística

Los rusos sostienen que la sensación de impunidad es en realidad ilusoria, ya que hay métodos muy eficaces para penetrar en cualquier sistema de defensa contra misiles. En la época soviética, cuando Ronald Reagan pensaba en desarrollar el sistema que se llamó guerra de las galaxias, Moscú comenzó a trabajar en tres sistemas de respuesta, que fueron congelados cuando Estados Unidos desistió de sus planes. Pero ese trabajo puede ser reanudado en cualquier momento, como advirtió recientemente el ministro de Defensa, Ígor Serguéyev.

El general Ivashov señaló ayer que la denuncia del sistema ABM y el despliegue del NDM 'inevitablemente conducirá a una nueva carrera armamentista, en la que se verán envueltos no sólo EE UU y Rusia, sino también otros países'. El escudo antimisiles estadounidense hará volver al mundo al tiempo de la guerra de las galaxias con armas 'en el espacio'. En cualquier caso, 'Rusia encontrará una respuesta simétrica a esos desafíos. Buscaremos medidas para neutralizar la salida de EE UU del tratado de 1972, ya que es necesario conservar el actual equilibrio de escudo y espada', subrayó el general.

Las palabras de Ivashov no son hueras: Rusia ya ha comenzado una reorganización militar con miras a los planes estadounidenses y a un posible emplazamiento de armas en el espacio. A finales de enero, el presidente Vladímir Putin creó una nueva rama de las Fuerzas Armadas, las Tropas de Defensa Espacial, que incluirá satélites espía y cohetes portadores que teóricamente podrían poner en el espacio misiles nucleares.

Propuesta a la OTAN

Ivashov, al tiempo que instó a EE UU a renunciar a sus planes, anunció que la próxima semana entregará al secretario general de la OTAN, George Robertson, las 'propuestas concretas que Rusia ha elaborado para crear un sistema europeo no estratégico de defensa contra misiles'. Robertson llegará a Moscú el lunes y se espera que el martes sea recibido por Putin en el Kremlin. Antes, Moscú había sugerido que, si realmente se temía un posible ataque de países potencialmente terroristas, entonces lo mejor era crear un escudo alrededor de esos países para poder interceptar los misiles poco después de ser lanzados y no cuando estén a medio camino o en su fase final. Semejente escudo sería mucho más eficaz y barato que el propuesto por EE UU. Ivashov no especificó si los detalles que dará a Robertson se refieren a esa propuesta o a una nueva.

La demostración de fuerza rusa de ayer viene a confirmar que los rusos están tratando de demostrar a Europa y a Estados Unidos que aún son una potencia militar a tener en cuenta. El lanzamiento de los misiles sigue a la activación de la aviación rusa, que anteayer provocó un incidente con Japón. Tokio acusó a cuatro aviones rusos de haber violado su espacio aéreo, mientras que cazas noruegos tuvieron que interceptar a dos bombarderos rusos que se aproximaban a sus fronteras.

Los Tópol, arma rusa del futuro

Los Tópol (Álamo) de la serie M son los misiles estratégicos que en el futuro constituirán el grueso de las fuerzas de cohetes de largo alcance de Rusia. Hoy, la mayoría de los otros misiles de este tipo ya han sobrepasado su plazo de vida útil o deberán ser destruidos de acuerdo con el tratado de reducción de armamentos START-II ratificado por Estados Unidos y Rusia pero que aún no ha entrado en vigor.Según ese tratado, ambos países deberán limitar sus arsenales a 3.000-3.500 cabezas nucleares para finales del año 2007. Este año deben terminar de efectuarse las reducciones acordadas en el START-I, que limita a un máximo de 6.000 el número de ojivas por cada parte.La semana pasada, el presidente estadounidense George W. Bush decidió unilateralmente reducir el número de cabezas nuclares de Estados Unidos, que pasarán de más de 6.000 a poco más de 2.000.El Tópol, a diferencia de los misiles rusos más antiguos, posee una sola cabeza nuclear y es relativamente pequeño, por lo que puede ser disparado desde vehículos. Esta característica hace que el enemigo encuentre mayores dificultades a la hora de localizarlo.Los militares rusos dicen que los Tópol son un arma de este nuevo siglo que puede penetrar cualquier sistema de defensa. Desde el año pasado, Rusia está produciendo anualmente unos 35 misiles de este tipo, según estiman los especialistas.La reestructuración militar del presidente Putin, además de modernizar los misiles emplazados en tierra, contempla hacer de los instalados en submarinos, más baratos y eficaces, el principal componente de las fuerzas estratégicas rusas.

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