Imaz considera que la 'crispación' causada por la oposición daña al turismo tanto como ETA

Imaz compareció ante la comisión parlamentaria de Industria, Comercio y Turismo para explicar las causas de que la afluencia de visitantes al País Vasco descendiera en un 1,3% el año pasado y las medidas que piensa adoptar el Gobierno para frenar ese descenso. Aunque porcentualmente la bajada puede parecer menor, esconde, sin embargo, una realidad más preocupante: la caída de un 9,5% de los viajeros españoles, que quedó compensada con la subida de un 9,3% de los extranjeros y de un 13,8% de los propios vascos (que son los turistas más numerosos de Euskadi). Este cuadro completa el 1,3% global de descenso, que supone el primero desde 1993.

El consejero relativizó el bajón de visitantes del resto de autonomías al recordar que el parón en el mercado interno español ha afectado a todas las comunidades. El aumento de los tipos de interés y de los carburantes durante el año 2000 hizo que muchos españoles optasen por no salir a veranear o disfrutar del ocio lejos de su región, indicó.

Si en enero del año pasado Imaz defendía que el atractivo turístico vasco iba a continuar en ascenso durante 2000 (tras un 1999 magnífico en toda España) pese a la reanudación de la violencia de ETA, a medida que fue transcurriendo el año no tuvo más remedio que modificar su mensaje. Y ayer fue la culminación de la rectificación: 'El problema básico es el terrorismo. La violencia y la extorsión constituyen una realidad lacerante e inaceptable', reconoció. Dicho esto, el resto de su discurso tuvo como destinataria a la oposición.

'La violencia siempre ha estado presente', dijo. Lo que es nuevo, según el consejero, es la crispación que se ha instalado en la vida política de Euskadi y cuya consecuencia más inmediata es el mensaje 'repetido por los partidos, tertulianos y articulistas' de que en el País Vasco 'no se puede respirar' debido al clima de violencia.

Contradicción

Imaz reveló la 'contradicción' en la que, a su entender, incurren PP y PSOE cuando 'boicotean' la reunión en Vitoria de presidentes de parlamentos autonómicos con el pretexto de no dar una imagen de normalidad que no se ajusta a la realidad de Euskadi y, sin embargo, reclaman nuevos planes de actuación en el sector turístico.

'¿Cómo voy a convencer a una familia de Castilla-La Mancha de que pase un fin de semana en Euskadi cuando ustedes [en alusión a populares y socialistas] le dicen al presidente del Parlamento de esa comunidad que no venga porque hay una situación anormal?', les espetó el consejero a los representantes de los dos partidos constitucionalistas.

La oposición recibió las críticas con indignación y pasó al contraataque. El hecho de que políticos del PP, PSE y de UA tengan que vivir con escolta es 'una realidad' y no un mensaje político, recordaron. También insistieron en que 'crispación política' ha existido en otras comunidades como Baleares, Aragón y Cantabria y no por eso han dejado de acudir los turistas del resto de España a esllas.

'El único problema es el terrorismo', zanjó el parlamentario del PP Gonzalo Machín, quien acusó al consejero de emplear la táctica del calamar, tratando de distraer a la sociedad con falsas razones para encubrir la realidad. 'El PP nunca ha dicho que no se pueda veranear en el País Vasco; sólo denuncia que se están pisoteando los derechos humanos', aseveró indignado. El representante del PSE, Carlos Totorika, destacó que la realidad de Euskadi es 'bastante trágica' como para reducir el problema a una cuestión de imagen.

Hasta julio, las entradas de viajeros, pero sobre todo las pernoctaciones, aumentaron y fue a partir de aquí cuando se inició una tendencia a la baja, muy acentuada en julio, agosto y septiembre, meses en los que ETA desencadenó su ofensiva. La situación no se remontó en el último trimestre del año. Con este panorama, el consejero adelantó que su departamento destinará este año 268 millones de pesetas a un plan para atraer turistas y lograr que suba la estancia media de los viajeros (uno de los puntos más débiles de la oferta vasca), que en la actualidad no llega a dos días.