El Gobierno reprocha a la oposición que su política daña al turismo igual que lo hace ETA

El consejero de Turismo, Josu Jon Imaz, culpó ayer del bajón turístico que sufrió Euskadi el año pasado tanto al terrorismo de ETA como a la 'crispación' política provocada por el PP y el PSE, partidos a los que acusó de complementar la imagen negativa que traslada la organización terrorista de la comunidad autónoma. 'Si pretendemos captar visitantes de Madrid, Barcelona o Burgos hay que lanzar mensajes más positivos sobre nuestra realidad', aconsejó a la oposición.

Imaz compareció ante la comisión parlamentaria de Industria, Comercio y Turismo para explicar por qué bajó la afluencia de turistas al País Vasco un 1,3% en el año 2000 y las medidas que piensa adoptar el Gobierno para frenar el descenso.

Esta bajada global esconde una realidad preocupante: la caída de un 9,5% de los viajeros españoles, que quedó compensada con la subida de un 9,3% de los extranjeros y de un 13,8% de los propios vascos. Imaz reconoció que el problema básico es el terrorismo, pero cargó contra la oposición porque la violencia siempre ha estado presente, pero lo que es nuevo, según el consejero, es la crispación que se ha instalado en la vida política de Euskadi y cuya consecuencia más inmediata es el mensaje de que en el País Vasco 'no se puede respirar'.

La oposición recibió las críticas con indignación y replicó que 'crispación política' también ha existido en otras comunidades y no por eso han dejado de acudir a ellas turistas del resto de España. Imaz adelantó que el Gobierno potenciará este año un plan para atraer visitantes.