Las pérdidas en Bolsa ponen en aprietos al presidente de Deustche Telekom
Deutsche Telekom, el antiguo monopolio de las telecomunicaciones alemanas, ha entrado en un perverso círculo vicioso. La operadora se dejó ayer un 6,19% al cierre de la Bolsa de Francfort, llevada por las especulaciones sobre la dimisión de su presidente, Ron Sommer, y lo cierto es que el descenso en el mercado está poniendo en aprietos su continuidad en el cargo.
La primera operadora europea por capitalización bursátil acumula en lo que va de año una pérdida del 10,75% y tan pronunciada caída puede echar abajo la ambiciosa operación para comprar VoiceStream y entrar en el mercado estadounidense, una de las apuestas estratégicas de Sommer que más recelos suscita entre sus accionistas. La operación ha tenido dificultades en el Congreso de EE UU, al que inquieta la compra de una compañía estratégica por parte de una empresa estatal y al Gobierno alemán no le van ese tipo de problemas.
Los problemas se amontonan en el despacho de Sommer, que el pasado verano inició una profunda remodelación de la compañía con una fuerte apuesta por Internet (adquirió a la española Jazztel el portal Ya.com por cerca de 95.000 millones de pesetas) y la telefonía móvil, mediante la adquisición de licencias de tercera generación (UMTS) y el desembarco en EE UU.
El resultado más inmediato de esas operaciones ha sido el incremento de la deuda de la operadora, que esperaba compensar con la colocación en Bolsa de su filial de móviles T-Mobile. El pésimo resultado que ha obtenido France Télécom con la salida a Bolsa de Orange ha enfriado las expectativas de la compañía germana, que en las últimas dos semanas ha perdido un 19% de su valor y ha pasado de 107.000 millones de euros a menos de 87.000 millones.
Deutsche Telekom, que llegó a perder ayer un 10% en Bolsa, se encuentra con que las pocas primeras compañías en Europa que no habían entrado aún en Alemania han puesto ya un pie en su mercado con la nueva UMTS. Es el caso de Telefónica. La operadora española constituyó formalmente ayer la sociedad Group 3G para competir junto a Sonera en el mercado alemán. Aunque la operadora española tiene ante sí el reto de invertir cerca de un billón de pesetas en red y arrebatar clientes a rivales como Vodafone-Mannesmann y E-Plus (de la holandesa KPN), su apuesta es prueba de la ambición de las grandes por arañar clientes a DT.
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