La recaudación de las haciendas el año pasado perjudicará finalmente a las arcas de Guipúzcoa

El Consejo Vasco de Finanzas reúne al menos dos veces al año al Gobierno vasco y a las tres diputaciones. En octubre, hace una previsión de cuánto recaudarán las haciendas forales al año siguiente. En febrero, revisa los ingresos en el ejercicio anterior. En función de esos números, calcula las aportaciones que cada diputación debe realizar a la caja común y el coeficiente de aportación a los gastos comunes. Ahora, Vizcaya tiene un peso específico del 50,67%, Guipúzcoa del 32,9% y Álava del 16,40%. Las previsiones se hacen siguiendo los complicados cálculos de la ley de Aportaciones, pero la matemática legislativa falla a menudo. Las diputaciones de Álava y Vizcaya ya han alertado reiteradamente sobre 'el efecto perverso' que produce este sistema.

En la reunión que mañana mantendrá el Consejo en Vitoria se pondrán de manifiesto abultados errores de cálculo. El caso de Vizcaya es el más significativo. Ingresó en el año 2000 un 7,2% más de lo que se esperaba antes de iniciar el ejercicio, lo cual descoloca el equilibrio territorial. Vizcaya debía acogerse al fondo de solidaridad, mecanismo extraordinario pensado para compensar a las diputaciones cuando no llegan con sus ingresos al 99% del coeficiente que les corresponde. El fondo sólo se ha utilizado una vez, en 1998, por parte de la propia Hacienda de Vizcaya.

Según las previsiones, en 2000 debía repetirse un nuevo trasvase del fondo de solidaridad hacia la Diputación vizcaína. Y, según establece el sistema, recibió en junio el primer plazo, el 60% de los más de 1.400 millones que le correspondían. Pero ahora, al cierre del ejercicio se ha visto que Vizcaya no necesitaba ese fondo, así que deberá devolver los más de 850 millones que recibió, además de aportar una cantidad adicional. En cambio, Guipúzcoa sí tendrá que acogerse al mismo. Se ha quedado rezagada en la liquidación respecto a las otras provincias (y eso que ha superado sus previsiones en un 2,3%) y, aunque no tenía previsto recurrir al fondo, deberá recibir más de mil millones para compensar su desequilibrio respecto a los otros territorios.

El límite del fondo

Y no sólo eso. El Consejo Vasco de Finanzas confirmará mañana las previsiones para este año, que indican que Guipúzcoa necesitará recurrir por segundo año consecutivo al fondo de solidaridad. Debe recibir 4.486 millones de pesetas. También Álava sale perjudicada, porque debe acogerse al fondo con otros 2.896 millones. En total, se deberán habilitar 7.382 millones de este depósito para ambas provincias. Por primera vez, dos de las tres haciendas tendrán números negativos, pese a crecer en su recaudación.

El fondo de solidaridad se nutre de las aportaciones que realizan las cuatro haciendas (las tres diputaciones y el Gobierno), pero tiene un límite. Según establece la ley, el fondo debe suponer el 1% del total de recursos que se distribuyen en la comunidad (descontando el Cupo al Estado y otros ajustes), con lo cual este año se situaría en torno a los 7.500 millones. De este modo, si las provincias beneficiarias necesitaran una cantidad mayor, en principio no podrían recibir más de esa cantidad. Ahora mismo, teniendo en cuenta las previsiones de cierre a finales de este año, no habría problemas en este sentido, pero por un estrecho margen. Si Álava o Guipúzcoa obtuvieran unos resultados peores de los calculados y necesitaran percibir del fondo de solidaridad una cantidad total superior a los 7.500 millones podría abrirse un nuevo debate en la ya de por sí discutida ley.

Álava ha pedido en los últimos meses que se introduzcan cambios en el sistema de aportaciones porque permite que se produzcan casos como que un territorio crezca en su recaudación y, sin embargo, tenga que acogerse al fondo.