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Alemania quiere redefinir sus relaciones con Estados Unidos

Pilar Bonet

En opinión de Voigt, el plan de George W. Bush para construir un escudo antimisiles (Defensa Nacional contra Misiles o NMD) obliga a un 'intenso diálogo' a cuatro niveles entre los aliados: dentro de la OTAN, entre los Gobiernos, entre los Parlamentos y entre las instituciones de análisis o think tanks.

Voigt, un socialdemócrata de 59 años, que presidió los Jusos (las juventudes socialistas) entre 1969 y 1972, cree que el nuevo equipo dirigente norteamericano y el Gobierno rojiverde alemán precisan además de un diálogo bilateral para que se entiendan mejor las motivaciones y los orígenes de los antiguos miembros de la 'generación del 68'. 'Para los conservadores norteamericanos, el 68 es un mundo ajeno', afirma Voigt. Difícil es hoy concebir dos biografías más opuestas que la de Colin Powell, el secretario de Estado norteamericano, y el ministro de Exteriores alemán, el verde Joschka Fischer, que se entrevistarán por primera vez el 20 de febrero en Washington. Powell, un militar con 35 años de carrera, formó parte del contingente militar norteamericano con base en Francfort, recuerda Voigt. Fischer fue uno de los jóvenes rebeldes de esa ciudad.

'Con los miembros de la Administración norteamericana se puede discutir y definir los intereses comunes', afirma Voigt. Y eso, cualquiera que fueran sus posiciones, cuando los Jusos y ecologistas, que hoy gobiernan Alemania, se manifestaban contra el rearme.Las divergencias entre Estados Unidos y Alemania incluyen, según Voigt, la pena de muerte, el tribunal penal internacional, la ingeniería genética, el medio ambiente, la Política de Seguridad y Defensa Europea (PSDE), la NMD y el comercio. Según el semanario, Der Spiegel, la lista de diferencias tiene 17 puntos. Para Voigt, son 'dificultades de parto de una nueva relación no marcada por la guerra fría'. 'Las relaciones entre los dos países deben definirse de nuevo en función de dos revoluciones, la de 1989 - caída del muro de Berlín-, y la tecnológica', señala. La NMD, el primer tema de fricción, será tratado por Fischer y Powell en Washington, y antes, por el ministro alemán y sus interlocutores rusos, en la visita que Fischer emprende hoy a Moscú.

Ahora que la Administración norteamericana ha decidido impulsar la NMD, 'debe resolver cómo y cuándo'. 'Cuanto más ambiciosa sea la concepción de la defensa antimisiles, tanto más ambiciosa y cara será la tecnología para construirla y tanto más se tardará en desarrollarla'. 'El resultado', agrega, 'será el producto de una discusión interna en EE UU a la que sólo se puede influir de forma tangencial desde el exterior'. 'Alemania', señala Voigt, 'ha sostenido siempre que la decisión corresponde a Washington, aunque paralelamente favorecemos una política de cooperación que mantenga los controles de armamento, que además actúe en contra del peligro de proliferación y que incremente la seguridad en su conjunto'.

Moscú se niega a modificar el tratado ABM de 1972, que Washington ve ya como un residuo de una doctrina 'obsoleta' (la MAD o destrucción mutua asegurada). La 'posición inicial' de Moscú 'no es necesariamente la posición final del proceso de diálogo que Rusia dice estar dispuesta a aceptar', señala Voigt. 'También los rusos perciben una amenaza por parte de los 'Estados irresponsables' y ven el problema, aunque digan que hay otras soluciones para afrontarlo', señala.

Condoleezza Rice, la consejera de Seguridad de George W. Bush y una experta en Rusia, considera todavía que este país es una amenaza para Occidente, especialmente para los aliados europeos, y ha expresado temor a las transferencias de tecnología nuclear procedente de Rusia. Rice estuvo en Alemania en 1983. Acudió a una reunión de la Academia Evangélica de Loccum, y le interesaba cómo estaban las cosas a propósito de la doble decisión de instalación de misiles de la OTAN. Karsten Voigt, que era portavoz de Internacional del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), la conoció entonces. Voigt iba contracorriente en su partido y no se sumó a la mayoría, que rechazaba el estacionamiento de los Pershing-2 y los Cruise en territorio alemán.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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