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Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

Distintos por naturaleza

La marca 'Parque Natural' se ensaya en 16 empresas situadas en espacios protegidos

La rentabilidad de algunos productos se incrementa de manera notable cuando se asocian a un determinado espacio natural, en donde han sido elaborados o de donde proceden las materias primas que intervienen en su composición. Algunas empresas, municipios y colectivos se aprovechan de este fenómeno a la hora de publicitar bienes y servicios, aunque el uso de los logotipos oficiales correspondientes a espacios protegidos requiere, en Andalucía, de una autorización de la Consejería de Medio Ambiente.

Este organismo se ha decidido ahora a utilizar dicho marchamo, para lo que ha desarrollado un programa piloto al que se han acogido 16 empresas ubicadas en parques naturales de la región. Durante un año dichas empresas podrán utilizar en algunos de sus productos y servicios la marca de calidad Parque Natural. La iniciativa, pionera en España, está incluida dentro del programa comunitario Adapt, destinado a facilitar la adaptación de empresas al desarrollo sostenible en espacios protegidos, y cuenta con financiación del Fondo Social Europeo.

Las firmas que aspiren a disponer de esta marca se agrupan en tres categorías: aquéllas que elaboran productos naturales, las dedicadas a manufacturas artesanales y las que ofrecen algún tipo de servicio turístico.

En el primer caso los bienes que comercialicen deben haber sido elaborados en alguno de los municipios, con menos de 100.000 habitantes, de un parque natural, y las materias primas proceder, en un porcentaje nunca inferior a un 75%, de dicho ámbito geográfico. Si se trata de productos agroalimentarios su origen debe estar asociado a alguna explotación certificada como de agricultura o ganadería ecológicas, o bien de un cultivo integrado (aquéllos que consideran normas de respeto al medio ambiente). En cualquier caso, los procedimientos de elaboración han de ser simples, los productos tienen que superar unos requisitos de calidad e higiene, las empresas deben cumplir la legislación medioambiental y las disposiciones del parque natural correspondiente y han de comprometerse a un plan de mejora continua.

En cuanto a las manufacturas artesanales, también deben proceder de municipios de menos de 100.000 habitantes y haberse elaborado, al menos en parte, siguiendo procedimientos manuales en los que cuente la habilidad y experiencia del productor. El resto de requisitos son similares a los de la categoría de productos naturales.

Por último, los servicios turísticos, que comparten las limitaciones geográficas y exigencias de calidad de las dos categorías precedentes, deben contar con un año de experiencia como mínimo. Este tipo de empresas han de ofrecer información sobre el parque natural y sobre los productos asociados a esta marca de calidad. Los restaurantes están obligados a incluir un apartado de gastronomía local, o bien disponer de platos elaborados con productos naturales o artesanales del parque.

En tanto se evalúan los beneficios de este programa en las 16 empresas seleccionadas, Medio Ambiente estudiará el contenido de la orden en la que se establecerá el procedimiento legal para adherirse a esta marca de calidad. Asimismo, se constituirá una entidad de certificación independiente, que evaluará la idoneidad de los candidatos y procederá a las correspondientes auditorias periódicas. Esta última entidad se someterá a los requisitos de la UE.

Los productos y servicios que se acojan a este programa integrarán una red que, con el apoyo de la Administración, facilitará el intercambio de experiencias entre los diferentes sectores y comarcas. Asimismo, la consejería promocionará a los asociados a través de su web (www.cma.junta-andalucia.es) así como en ferias comerciales, apoyando la edición de material divulgativo. Las 16 empresas incluidas en la fase piloto comercializan 11 productos naturales, 23 manufacturas artesanales y 6 servicios de turismo de naturaleza. Los parques que están presentes en el programa son los almerienses de Cabo de Gata-Níjar y Sierra María-Los Vélez, el gaditano-malagueño de Los Alcornocales, los cordobeses de Hornachuelos, Sierras Subbéticas y Cardeña-Montoro, el granadino-almeriense de Sierra Nevada, el onubense de Aracena y Picos de Aroche, los jiennenses de Cazorla, Segura y Las Villas, Sierra Mágina y Sierra de Andújar, los malagueños de la Sierra de las Nieves y Montes de Málaga, el malagueño-granadino de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, y el sevillano de la Sierra Norte.

Corcho, gurumelos y tapices

Los productos y servicios en los que se ensaya la aplicación de este marchamo de calidad son variopintos. Entre otros se incluyen el taller de corcho de Klaus Tiedemann (Jimena de la Frontera, Parque Natural de los Alcornocales, Cádiz), en el que se elaboran muebles y objetos de decoración de original diseño, aplicando técnicas artesanales desarrolladas en exclusiva por el titular de esta firma. También se han seleccionado algunos restaurantes, como el de José Vicente (Aracena, Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Huelva), que incluye en su carta numerosos platos típicos de esta comarca, en los que destaca la presencia de productos naturales como el gurumelo, una apreciada seta que abunda en el parque. Las manufacturas que salgan del taller textil de Mercedes Carrascosa (Pampaneira, Parque Natural de Sierra Nevada, Granada) podrán incluir el logotipo de este espacio protegido como marca distintiva. Técnicas artesanales combinadas con una selección de materiales como la lana, el yute, el algodón o la seda, sirven para elaborar tapices, chales, ponchos, bufandas o alfombras. Entre los alojamientos rurales destacan la Aldea del Cerezo, una antigua pedanía rehabilitada que se levanta en el corazón del Parque Natural de Cardeña-Montoro (Córdoba); Las Navezuelas, un molino de aceite, del siglo XVII, acondicionado para el turismo (Cazalla de la Sierra, Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla); el Hotel Humaina, que sus propietarios definen como 'hotel eco-artesano' (Parque Natural de los Montes de Málaga); la Almazara Alta, una casa-cortijo con capacidad para 16 personas (Vélez-Blanco, Parque Natural de Sierra María-Los Vélez, Almería), y el Hotel El Sotillo, construido siguiendo los criterios estéticos tradicionales en el Campo de Níjar (Níjar, Parque Natural de Cabo de Gata, Almería).

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