El PP y el PNV marcan sus posturas de partida en el comienzo de la negociación del Concierto

El PP parte de una visión más integrada de este sistema singular de relaciones económicas y financieras entre el País Vasco y el Estado dentro del marco de la Constitución y el Estatuto, mientras que el PNV se aferra a su concepción soberanista del Concierto, poniendo el énfasis en lograr su equiparación con cualquier régimen fiscal de un país de la UE. Así, cuando el lehendakari planteó en la reunión de ayer a los diputados generales la necesidad de defender ante el Gobierno central la participación y representación directa de las instituciones vascas en los organismos comunitarios cuando se traten cuestiones fiscales que puedan afectar a Euskadi, Rabanera le transmitió la gran dificultad que entrañaba este planteamiento.

La reunión, de marcado carácter político, reunió en un almuerzo en el palacio de Ajuria Enea a los integrantes de la parte vasca de la Comisión Mixta del Cupo. Junto a Juan José Ibarretxe, tomaron parte la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, el viceconsejero de Hacienda y Finanzas, Juan Miguel Bilbao, el consejero de Educación, Inaxio Oliveri, y los tres diputados generales: el de Álava, del Partido Popular, y los de Vizcaya y Guipúzcoa, del PNV.

Con este contacto se da el banderazo de salida a las negociaciones, que tendrán el siguiente capítulo en la reunión que celebrará la próxima semana la Comisión de Coordinación del Gobierno vasco con las diputaciones, donde empezarán a desbrozarse las primeras cuestiones de tipo técnico. A partir de ahí, irán sucediéndose los trabajos para lograr una postura común en la delegación vasca, antes de encarar la negociación directa con la delegación del Gobierno central.

Zenarruzabeitia anunció que la primera cita con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se producirá en la segunda quincena de este mes.

Carácter permanente

Ibarretxe, uno de los artífices de la anterior ampliación del Concierto, pactada con el Ejecutivo de José María Aznar en 1996, marcó las bases generales sobre las que se debe sustentar la futura negociación. Esta estrategia global se concreta en seis puntos. En primer lugar, en que el Concierto debe tener un carácter permanente y no temporal, tal y como adelantó a EL PAÍS el diputado de Hacienda de Vizcaya, Javier Urizarbarrena, en una entrevista publicada el pasado domingo.

Además, se deben incluir mecanismos para la concertación automática de nuevas figuras fiscales que puedan aparecer en el futuro. Como tercer criterio, se plantea que el nuevo Concierto se base en el respeto y lealtad mutua y el espíritu de colaboración entre los sistemas forales y el régimen común. El Gobierno vasco apuesta, en cuarto lugar, por establecer sistemas de arbitraje para evitar la judicialización, algo contemplado en el pacto sellado por las dos administraciones en enero del año pasado para zanjar sus disputas fiscales, pero que no se ha puesto en práctica.

Otro planteamiento es el de consolidar y profundizar en la capacidad normativa de las instituciones vascas. Finalmente, Ibarretxe resaltó que el Concierto tiene un carácter de régimen general y, por lo tanto, es preciso garantizar una relación de las instituciones vascas con las instancias comunitarias.

La vicelehendakari insistió en la importancia de que las tres diputaciones y el Gobierno alcancen una postura común para afrontar la negociación con Madrid. La presencia del PP en la Diputación de Álava rompe el monopolio nacionalista, que hasta ahora ha facilitado la configuración de la voluntad de la parte vasca.

Las posturas conciliadoras presidieron la reunión. Rabanera apeló a la responsabilidad de los negociadores, huyendo de cualquier interés partidista, para lograr un buen pacto, y recordó cómo en 1996 se logró firmar 'un gran acuerdo' (la ampliación del Concierto). 'Partimos de una experiencia positiva que se debe repetir. Las empresas, los trabajadores y, en definitiva, los ciudadanos vascos nos lo piden así', enfatizó.

Siguiendo esta argumentación, defendió que el Concierto debe encajar de una manera natural y asentada en dos vertientes distintas, pero complementarias. Por un lado, su articulación en el ámbito interno dentro del sistema fiscal español no debe chirriar y en segundo lugar, su inclusión se tiene que entender y aceptar en el marco de la Unión Europea. 'Hay que articular', dijo, 'un sistema fiscal que no vulnere el marco de la liberalización y los acuerdos alcanzados en el seno de la UE'. Las desavenencias fiscales entre Euskadi y el Gobierno central han terminado tradicionalmente en recursos judiciales.