Los europeos recuperan en Davos la confianza en su modelo económico frente a EE UU
La recién estrenada seguridad de los europeos en el pueblecito suizo de Davos se apoya en unas expectativas de crecimiento superiores al 3% para este año, mientras todos los indicadores de Estados Unidos se desploman a velocidad de vértigo, hasta el punto de que algunos economistas presentes en el Foro aseguran que la economía estadounidense ha entrado ya en recesión.
Si a ello se suma el espectáculo del recuento electoral en Florida, el fracaso de la desregulación eléctrica en California, y la negativa de la nueva Administración del presidente George Bush a acudir a Davos a dar cuenta de sus planes, resulta fácil comprender la queja del senador estadounidense por Nueva Jersey Robert Torricelli: 'Cuando algunos europeos comentan las cifras económicas de Estados Unidos, parece que se les ilumina el rostro'.
Pero más allá de las cifras, los europeos, ya sean responsables políticos o empresarios, han explicado a lo largo de los seis días que ha durado el foro que el Viejo Continente ha logrado en los últimos años avanzar en una serie de aspectos, desde la apertura de los mercados a la reforma de la Unión Europea, cuya importancia comenzará a verse en la próxima década, en la que no descartan asumir el liderazgo mundial frente a EE UU. 'La desregulación en el sector de las telecomunicaciones, por ejemplo', dijo en uno de los debates Ron Sommer, presidente de Deutsche Telekom, 'ha superado en menos de cinco años lo que los americanos hicieron en 15'.
Liderazgo europeo
'¿Debería Europa asumir el liderazgo?', se preguntó públicamente el vicepresidente español y ministro de Economía en otro debate, para contestarse a continuación: '¿Por qué no?'. En esa misma discusión, el irlandés Peter Sutherland, antiguo director general del GATT, el organismo antecesor de la Organización Mundial de Comercio (OMC), despachó a Torricelli en un tono inaudito en Davos en ediciones pasadas: 'Creo que la visión que de Europa se tiene en Estados Unidos es más positiva que la suya, y con el debido respeto, senador, no precisamente gracias a su contribución'. Torricelli no contestó.
Aunque el tema que se discutía era la defensa europea, el tono se puede extender a los temas económicos y sobre todo empresariales, donde los recientes éxitos de las compañías europeas, desde Airbus a Bertelsmann o Vivendi, segundo grupo de comunicación mundial, o los bancos españoles en América Latina, han comenzado a levantar inquietud en Estados Unidos.
Los ejecutivos europeos han descubierto que 'este año en Davos resulta más fácil hablar con los estadounidenses porque se nota menos arrogancia', según explicó un grupo de ellos al comisario europeo Erkki Liikanen. Además, el dinamismo europeo continuará en los próximos años, según los expertos consultados, lo que promete acentuar la batalla por la hegemonía mundial con Estados Unidos.
'Las empresas europeas necesitan más tamaño para competir, así que las fusiones y compras continuarán con fuerza en Europa en los próximos tiempos', según Winthrop Smith, presidente de Merrill Lynch International, uno de los bancos de inversiones líderes en el mundo y por tanto buen conocedor del negocio.
Las repercusiones de este cambio de clima no son sólo psicológicas, como ilustra a la perfección una anécdota ampliamente comentada en los pasillos y cafeterías del Centro de Congresos de Davos. En uno de los debates del año pasado, un joven empresario estadounidense, Michael Dell, dio clases en un debate a Tony Blair sobre la necesidad de implantar Internet en las escuelas, en un tono díficilmente aceptable en público para un primer ministro, sobre todo británico.
Meses después, Blair anunció un plan para informatizar las escuelas del país, y la empresa adjudicataria del concurso resultó precisamente Dell Computer, según ha revelado The Wall Street Journal. Londres asegura que se siguió el proceso habitual de todo concurso, pero Dell declaró al periódico estadounidense que la charla que le dio a Blair, 'seguramente no nos perjudicó'.
Además del aspecto económico de la globalización, Davos se impuso también como foro en el que se denunciaron diferentes problemas políticos y sociales. El escritor Vargas Llosa, presente ayer en la ciudad suiza, aprovechó el momento para censurar el papel de la comunidad internacional durante el mandato de Fujimori en Perú. 'La dictadura de Fujimori no habría durado ocho años si no hubiera habido de parte de la comunidad internacional, y en especial de la comunidad iberoamericana, una complicidad realmente repugnante', subrayó el escritor y ex candidato a la presidencia de Perú.
Según Vargas Llosa, ni las reuniones de la Organización de los Estados Americanos ni las cumbres iberoamericanas han tratado sobre los '6.000 desaparecidos peruanos' bajo la dictadura.
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