El gasto público en medicinas creció un 8,9% el año 2000 y rebasó los 56.500 millones de pesetas

Ante la constatación de que el gasto en fármacos va a seguir subiendo de forma imparable, ya que la población envejece y la esperanza de vida crece, la aspiración de la Administración se centra en que al menos la factura de los medicamentos no se dispare de una forma incontrolada. La subida en el año 2000 fue de un 8,9% (lo que sitúa a Euskadi como la comunidad autónoma de mayor crecimiento), pero hay que tener en cuenta que hubo más días de facturación que el ejercicio anterior, al incluirse la parte final de 1999. Así, si la subida se ajusta a los días que tiene un año natural, es decir 365, el crecimiento fue de un 7,7%, lo que sitúa a Euskadi al mismo nivel que el grueso de comunidades.

En el informe sobre evolución del gasto farmacéutico elaborado por el departamento y al que ha tenido acceso EL PAÍS, se refleja que Euskadi es la que menos recetas emite por habitante y año, con 13,25 frente a las 18,02 que tiene la comunidad con el indicador más elevado y a las 14,98 que alcanza como valor medio el Sistema Nacional de Salud (SNS).

Recetas caras

Otro indicador que sirve para comprobar la marcha del gasto farmacéutico es el gasto medio por habitante en medicamentos a través de receta. Durante el año pasado fue de 26.995 pesetas, por debajo de la media del SNS, 28.086 pesetas. Por el contrario, Euskadi tiene las recetas más caras de España, alrededor de 2.000 pesetas de media. El subdirector de Farmacia del Gobierno vasco, Gonzalo Trincado, lo explica porque los médicos vascos 'no tienen restricciones para el empleo de nuevos medicamentos con efectos terapéuticos más eficaces que aparecen en el mercado'. 'El bajo número de recetas y el bajo gasto por habitante permite afirmar que la utilización de los recursos por parte de los médicos de Osakidetza es eficiente', asegura.

Aunque la información y formación diaria que se realiza con los médicos es una de las claves para reducir el gasto, la aprobación por parte del Gobierno central de los decretos para reducir los márgenes de beneficios de las farmacias y apoyando la prescripción de genéricos ha contribuido también a aminorar el crecimiento de la factura. Los genéricos son los medicamentos sin marca pero cuyos principios activos y efectos terapéuticos son equivalente y que resultan entre un 20% y un 25% más barato.

Desde el pasado 1 de diciembre, cuando un farmacéutico recibe una receta para una medicina de marca de la que existe un genérico, despacha ésta. En caso de que el usuario insista en adquirir el medicamento de marca, deberá pagar la diferencia. De momento sólo hay 600 disponibles en el mercado sobre una oferta de 8.000 especialidades.

Trincado resaltó que el esfuerzo del departamento para controlar el gasto se ha centrado en promocionar los genéricos y en mantener una relación constante de información con los médicos, a través del Boletín Fármacoterapéutico, que se distribuye entre los 6.000 profesionales del sistema sanitario (atención primaria, pediatras y especialistas) y contiene las fichas con las innovaciones terapéuticas que aparecen en el mercado. Con esta publicación, la Administración trata de contrarrestar la influencia de los laboratorios. Para comprobar su penetración entre los médicos, Sanidad ha realizado una encuesta entre ellos. Un 60% asegura que hojea y lee los artículos que le parecen interesantes; un 83% considera que la publicación es de utilidad práctica para los médicos y más de un 60% sice que la información que se proporciona es objetiva y no está sesgada.